Ciclismo/La intrahistoria: El Águila voló hacia la leyenda

En aquel Tour de 1959, el seleccionador español, Dalmacio Langarica, apostó por un equipo donde Bahamontes sería el jefe de filas y Antonio Suárez, vencedor de la Vuelta a España, su lugarteniente. Esta vez no sucedería como en años anteriores, cuando las rivalidades de Loroño, Botella y Bernardo Ruiz con el toledano mermaron las posibilidades del Águila de Toledo.Enfrente tenía a una Francia con cuatro gallos: Bobet, Geminiani, Anquetil y Riviere. El luxemburgués Charly Gaul, vencedor el año anterior y único capaz de aguantar a Fede en la montaña. Italia traía a su nueva figura Ercole Baldini. Y Bélgica tenía un magnífico equipo con Adriaenssens, Brankart, Hoevenaers, Pauwels, Desmet Desde el primer momento, Bahamontes respondió a las esperanzas en él depositadas. Esta vez no perdió tiempo en las primeras etapas llanas, sino que incluso lo ganó por estar atento a las fugas iniciales. En la primera etapa pirenaica, en compañía de Gaul, sacó a los otros favoritos minuto y medio.Pero la sorpresa surgió en la 13ª jornada, camino de Aurillac, por el Macizo Central. Bajo un calor sofocante alguien advirtió el desfallecimiento de Gaul y se desencadenó la batalla. En la meta las diferencias fueron abismales. Bahamontes con Anquetil, Anglade, Robinson, Adriaenssens, Mahé y Baldini adelantaban en cuatro minutos a Riviere, Hoevenaers, Pauwels y Brankart y en más de veinte a Gaul, Louison Bobet, GeminianiDos días después Bahamontes se exhibía en la cronoescalada al Puy de Dôme (en la foto). Minuto y medio sobre Gaul y más de tres y medio sobre Anglade, Riviere y Anquetil. No logró el maillot amarillo por cuatro segundos (lo lucía Hoevenaers) pero apuntaba al triunfo final. El maillot lo estrenó en Grenoble, término de una durísima etapa alpina, en la que Fede y Gaul llegaron destacados con casi cuatro minutos sobre el pelotón de favoritos. En las dos etapas alpinas restantes amplió su ventaja. Anglade, segundo clasificado, marchaba a 5:40, y el tercero, Mahé, a 8:56. Entonces no había televisión y tampoco la radio seguía con la intensidad de hoy aquellos acontecimientos. Los bahamontistas estábamos en un sinvivir esperando noticias de las tres últimas etapas, entre éllas la contrarreloj de Dijon. Fede acabó el 13º a seis minutos de Riviere y cuatro de Anquetil, los grandes especialistas, pero mantenía su precioso maillot. Por fin, el 18 de julio, entonces fiesta nacional, entraba en el Parque de los Príncipes, y en la leyenda, con su túnica de oro. El primer español que ganaba el Tour de Francia.

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