El Valladolid espera agazapado. Sabe que puede ser un buen día para tratar de meterle el cuchillo al mejor equipo de la Liga. Mendilibar ha jugado a hacerse la víctima a lo largo de la semana de forma intencionada, pero el técnico vasco sabe que su equipo ha sido capaz ya de ganar en esta Liga a seis de los siete primeros clasificados y confía en poder hacer lo propio con los hombres de Guardiola. Numancia y Atlético ya demostraron que no es una misión imposible. La gran baza que pretende argumentar el Valladolid es su presión y su ritmo físico. Una gran intensidad ante un equipo que agota a todos sus rivales, el Barça. Pero los azulgrana llegan descolocados con tanto viaje, partido, ida y venida. Esa es la gran baza del Valladolid: el cansancio y el despiste del Barça. No olvidemos que el Bayern espera a la vuelta de la esquina.
Pero tengo la sensación de que Guardiola no le va a otorgar al partido de esta noche el calificativo de menor. El Madrid está a seis puntos y un tropiezo en Zorrilla le podría colocar a tiro de piedra de los de Juande Ramos. Por eso, el técnico de Santpedor se ha traído hasta Valladolid a toda su artillería. Recupera a Puyol y a Iniesta y no deja en casa a nadie. Otra cosa será que de salida le recete banquillo a Messi o a Daniel Alves, por ejemplo, que por fin están aquí.
El Valladolid saldrá a morder, sin Pedro León, el mejor asistente de la Liga y al que su técnico a calificado como 'mendrugo' al no verle al cien por cien en los últimos partidos, y con Asenjo en la portería, objetivo de los catalanes para la próxima temporada. El ambiente será de lujo. Con todo vendido y con 1.000 seguidores del Barcelona en las gradas de Zorrilla. El Barça se la juega y el Valladolid llega con los deberes casi hechos. El duelo está servido.
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