Afalta de carreras, entrenamientos de pretemporada. Es lo que tiene haber fijado un arranque de campeonato tan tardío como el de este año: 12 de abril, en Qatar. Es así por deseo de unos jeques que querían conservar el honor de inaugurar la temporada de MotoGP con sus carreras nocturnas, a lo que se ha sumado la necesidad del promotor de retrasar lo máximo posible la cita qatarí para que la temperatura del asfalto descienda menos por la noche de lo que lo hizo el año pasado, algo terrorífico para los neumáticos.
El escenario escogido en esta ocasión es inmejorable al ser el circuito de Jerez el encargado de albergar una especie de Gran Premio Cero, un ensayo general para los pilotos de MotoGP y la penúltima oportunidad para los equipos de 250cc y 125cc de poner a punto sus motos. A estos les quedarán un par de días más de pruebas, precisamente en Losail.
Desde hoy y hasta el viernes, será el turno para las motos de dos tiempos, compartiendo pista cada día las monocilíndricas y las del cuarto de litro hasta las 14:50, para luego quedarse una hora más, hasta las 16:00, ya sólo las de 250cc. El fin de semana, será el turno para las mecánicas de MotoGP, celebrándose el domingo a las 14:05 una sesión cronometrada de tres cuartos de hora en la que habrá en juego un BMW para el que consiga el mejor tiempo.
Causará baja Pedrosa, aún convaleciente de sus lesiones en la rodilla y el brazo izquierdo, razón por la que Honda pondrá en pista al probador de 34 años Akiyoshi, con la idea de ayudar a Dovizioso a desarrollar la RC212V, algo retrasada respecto a las Ducati, Yamaha y hasta Suzuki. Esta última marca le ha prometido a Capirossi y Vermeulen entregarles aquí un nuevo motor con más caballería.
El que sí estará es Gibernau, que reaparecerá tras perderse el test de Qatar por una lesión. "El hombro ha evolucionado bastante bien. No estoy al 100%, pero estoy mejor. Iré a Jerez, pero no debo hacer nada que pueda provocar que esté peor en Qatar", dice el catalán.
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