El curioso caso de Jenson Button

Hace un mes, Jenson Button pedaleaba con esfuerzo en los alrededores del Club La Santa de Lanzarote con su bicicleta de montaña. Tras casi dos horas de ciclismo, le daban un masaje y empezaba la sesión de piscina, después a correr. Era parte de su entrenamiento para alguno de los triatlón en los que suele participar. Aún albergaba una esperanza, minúscula, de que su vida girase de la manera en que después lo ha hecho. Es decir, aún pensaba que podría volver a ser una estrella de la F-1 como cuando ganó en Hungría 2006 una carrera que debió pertenecer a Alonso.

Y es que Button terminó 2008 en Honda con unos números desastrosos, con sólo tres puntos, un sexto en España como mejor resultado y el 18º puesto final, sólo delante de los dos Force India. El futuro no pintaba mejor, con la probable desaparición de Honda después de que la fábrica japonesa anunciase que terminaba su compromiso con la F-1 y vendía la escudería. A partir de entonces el británico, relegado al ostracismo por la estrella de Hamilton y sin equipo, se veía fuera de la mayor competición automovilística. Pero...

Primero se habló de Virgin, después de otros empresarios y más tarde de una posibilidad que se haría realidad: Ross Brawn, el ingeniero atómico sobre el que se construyó el mito de Michael Schumacher y sus cinco títulos consecutivos con Ferrari, anterior director deportivo de Honda, iba a comprar el equipo con la ayuda del fantasma de Ecclestone.

Y el Brawn GP se puso en marcha. Button lo probó antes que nadie y salió con una sonrisa del monoplaza, después asombró en Montmeló con el mejor tiempo y un ritmo demoledor y se confirmó en Jerez. Los otros equipos ven irregular el milagro, pero la FIA no. Y Button ha pasado a ser favorito en las apuestas. Hace menos de un mes cotizaba 80 a 1 en 'Ladbrokes', ahora es el mejor posicionado para ganar en Australia con 5 a 1. Y en 'Bwin.com' también es el mejor para los apostantes, junto a Alonso. Lo de Button es algo asombroso, algo así como nacer viejo e ir rejuveneciendo con los años...

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