Miles de policías han salido hoy de nuevo a la calle para pedir al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que cumpla con su promesa de «dignificar los sueldos» y «rectifique y cambie el rumbo de uno de los mayores ataques» a los derechos de un colectivo, que «se juega la vida todos los días».
A la manifestación han acudido unos 25.000 policías, según los sindicatos policiales convocantes (SUP, CEP, UFP y SPP), acompañados por la líder de UPyD, Rosa Díez, a la que han encomendado la lectura del manifiesto, en el que han acusado a Rubalcaba de protagonizar el «mayor retroceso en derechos y libertades sindicales de toda la democracia».
Ante la protesta de los policías, el Ministerio del Interior ha emitido un comunicado en el que reitera su voluntad de diálogo con los sindicatos, aunque advierte también de que la actual situación económica hace muy difícil asumir las demandas que plantean.
La marcha ha estado encabezada por los secretarios generales de los sindicatos policiales, situados tras una pancarta con el lema «Policía y Guardia Civil, por la dignidad económica y profesional».
De nuevo han sido protagonistas de la manifestación, tal y como ocurrió en la primera que se celebró el pasado mes de octubre también en Madrid, cuatro maniquíes ataviados con los uniformes de los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional, Policía Municipal y Guardia Civil, y con carteles en los que se hacía alusión a las diferencias salariales entre los diferentes Cuerpos.
La marcha, que ha comenzado en la glorieta de Ruben Darío y ha concluido en la plaza de Colón de Madrid, ha discurrido en un ambiente distendido en el que se escuchaban insistentemente las proclamas de «¡Rubalcaba, la Poli no te traga!» o «Con este Gobierno, vamos de culo».
Unos gritos, que se entremezclaban con el sonido de los petardos, acercando a Madrid las fallas que se celebran estos días en Valencia, y que dejaban una estela de pólvora por el recorrido de la manifestación, especialmente en las puertas del Ministerio del Interior, donde han hecho explotar una potente traca.
Al son de «Soy madero», versionando la canción de Antonio Molina, los agentes movían carteles con fotografías de Rubalcaba y del director general de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, a quien calificaban como el «gran dictador».
Al término de la marcha José Ángel Gago, portavoz de la unidad de acción sindical, se ha felicitado por el número de asistentes a la manifestación, diciendo: «hemos vuelto a ganar, hemos venido más, a pesar de que no han dejado venir a nuestros compañeros de la Guardia Civil, que se lo han prohibido».
Las asociaciones de guardias civiles han mostrado su respaldo a esta concentración, pero sus dirigentes no han acudido después de que fueran expedientados por su asistencia a la manifestación del pasado 18 de octubre.
Gago ha insistido en que los policías han tenido que volver a salir a la calle porque «Rubalcaba no quiere hacer caso» a sus reivindicaciones y ha advertido de que no van a parar hasta que se reconozca que existe una diferencia retributiva con las policías autonómicas y locales, que «debe arreglarse en el Congreso de los Diputados».
Tras su intervención, Rosa Díez subió al escenario montado en la Plaza de Colón, en medio de una gran ovación y de gritos de «presidenta, presidenta», y antes de leer el manifiesto ha dado las gracias por el honor de haber sido elegida «la voz de los hombres y mujeres que en todos los rincones de España defienden nuestra seguridad y libertad».
Una idea que comparten también la concejala del PP en el Ayuntamiento de Bilbao Mari Carmen Sánchez, y el portavoz de UPyD Mikel Buesa, quienes también han asistido a la marcha.
«Os considero nuestros escudos de la democracia», ha dicho Díez, dirigiéndose a los miles de policías congregados.
El manifiesto suscrito por los cuatro sindicatos convocantes destaca que los policías cumplen con su deber, a pesar de las «continuas transferencias de fondos millonarios que el Ministerio realiza a favor de otras Administraciones», como la Generalitat de Cataluña y el cine español.
Tras criticar el nombramiento de Velázquez, al que han calificado como el político «más gris y pusilánime de todos cuantos han asumido esta responsabilidad», los agentes han subrayado que a pesar de todas las adversidades a las que se enfrentan «nuestra profesionalidad no se va a resentir».
«A pesar de las risas nerviosas y desprecios de algunos mandos policiales y de los responsables del Ministerio del Interior, vamos a seguir apostando por una Policía de primera con unos sueldos dignos y con los medios necesarios para ser eficaces».