El Barcelona que busca el triplete, apenas sacudido de encima el temblor que le produjo tener al Real Madrid a cuatro puntos, mira a Europa con optimismo. No es para menos: tras pasearse por la liguilla de la Champions, esta noche afronta la vuelta de octavos con ventaja, y no sólo por el resultado que obtuvo en la ida. Es cierto que el 1-1 de Gerland hace bueno incluso el 0-0, pero el Barça parte unos pasos por delante del Olympique de Lyon por aquello de que el fútbol es (también) un estado de ánimo.
El OL, que no llega a unos cuartos de final desde hace tres temporadas, llega en pleno bajón: cuatro partidos seguidos sin ganar (dos con derrota), obligado a hacerlo hoy (o a empatar por más de un gol) y con su principal figura, el jugador de los 100 millones de euros, Karim Benzema, mermado físicamente, entre otros contratiempos.
El presidente del club francés, Jean-Michel Aulas, que no pasa precisamente por ser un dechado de contención verbal, dijo que la empresa requiere "de una explosión interplanetaria"; así de difícil se lo imagina. El entrenador, Claude Puel, no corre peligro, pero lo que venía siendo un paseo triunfal en la Liga ahora es un mano a mano con el París Saint-Germain (segundo, a un punto), y una eliminación esta noche estrecharía mucho el nudo de su corbata.
Para intentar la machada de arrancar un triunfo en el Camp Nou (algo que sólo ha logrado el Espanyol), el OL se fía a la enorme capacidad de sacrificio del centrocampista Toulalan, a las faltas de Juninho y a la cadera incorrupta de Benzema.
Sin freno.
Para que eso funcione tendrán que atar en corto a Messi, alfa y omega de un Barça que viene de vapulear al Athletic Club, aunque el resultado quedara en un cortísimo 2-0. Si Etoo acierta la mitad de lo que llegó a fallar el sábado, será un 4-0. Y si Iniesta y Xavi repiten una actuación como aquella, el Barça parece un equipo sin freno posible, esté quien esté delante.
Cris y Boumsong (otro de los tocados), desde el eje defensivo, verán venir el tsunami blaugrana. Al otro lado del campo, sin los lesionados Puyol y Abidal, el Barça presentará una zaga más ofensiva si juega Sylvinho o más agresiva en el marcaje si el elegido es Cáceres. Los que estén más acertados podrán decir au revoir a su vencido rival.
En avión y en coche (Lyon se encuentra a 640 kilómetros), el partido de esta noche movilizará a casi 5.000 seguidores del Olympique Lyonnais. La Comisión Antiviolencia declaró el partido como encuentro de alto riesgo, si bien la afición del club francés no posee fama de generar altercados. Se espera que el Camp Nou presente hoy una entrada superior a 70.000.
Fuente:As