Hay que tener muy mala suerte para irse a entrenar al desierto y que te lo impida la lluvia. Es lo que le sucedió ayer a la caravana mundialista de MotoGP en Qatar, escenario de un test nocturno de tres días de los que ya sólo valdrán dos para trabajar a fondo. La primera jornada resultó inútil por culpa de un chaparrón que empapó la pista al inicio de la sesión. El entrenamiento estaba programado de seis de la tarde a doce de la noche, por lo que la temperatura refrescó mucho al caer el sol y eso impidió que se secara el asfalto lo suficiente para ir rápido.
Sólo salieron algunos pilotos a la pista, entre ellos el recuperado Melandri, con la Kawasaki, y marcaron unos tiempos anecdóticos, a siete segundos de la pole de Lorenzo del año pasado. El mallorquín fue de los que lo intentó, pero sólo dio una vuelta y se fue a descansar. Se lo tomó con filosofía: "Nos han dicho que aquí sólo llueve seis veces al año y nos ha tenido que tocar justamente a nosotros. Había un treinta por ciento de posibilidades de lluvia y se ha cumplido. Ya es mala suerte, pero no me preocupa porque nos quedan dos días más de pruebas aquí y otros dos en Jerez. Será suficiente".
Al único que le respetó la lluvia fue a Pablo Nieto que, pese a estar ya retirado, pudo rodar dos horas por la mañana con la Ducati, como doble de Stoner para un anuncio. Estaba encantado: "Me he dado 30 vueltas y he acabado un poco agarrotado y cansado, pero más de uno se ha sorprendido. Llegaba a 330 por hora a final de recta. Cómo arrea esta moto. El motor estira muchísimo y la moto en general es nerviosa, agresiva, con una patada bestial y con mucha electrónica. Aprender a manejarla es muy difícil. En el box te dicen que puedes abrir gas a fondo en medio de la curva, pero cuesta creer que eso es posible". Hoy vuelve a subirse.
Fuente:As