Un pie y el tobillo, el talón, cuatro dedos y un juanete del otro puso el Barça anoche en la final de Copa. Entre otras cosas porque el Mallorca pasa de esto. Un pie y todo lo demás sin despeinarse demasiado. Sin el furor ni la brillantez de otras veces. Le bastó con esperar al tran tran que el marcador acabara estableciendo diferencias. Lo dejó en 2-0 con los tantos de Henry (que debutaba en la Copa, qué cosas) y de Márquez, de formidable tiro libre. Un datillo: pese a la locura tarjeteril de Muñiz, el gol del mexicano llegó tras la séptima falta del equipo balear en lo que llevábamos de partido, más de 70 minutos. Tremendo lo del árbitro: el Mallorca salió casi a tarjeta por falta... ¡sin dar una patada! Hubo un penalti de Márquez a Trejo en la recta final: casualmente no lo pitó. Está Muñiz preparadísimo para pitar el próximo Gamper.
Los de Manzano no exigieron al Barça y a bodas me convidas, debieron pensar los de Guardiola. Más que un partido semifinal ida de la Copa tuvo ratos de partidillo de los jueves, que jueves fue ayer. Todo el día. Incomparable el panorama de anoche con el que vivimos en Nervión, entre Sevilla y Athletic. Ellos sí quieren jugar la final; el Mallorca no se la planteó nunca, quizá convencido de que lo que no puede ser, no puede ser. Y además, es imposible. No, no fue una semifinal en serio.
La alineación inicial de Manzano dejó claro que su reino no es de este mundo del KO. Que lo suyo es la Liga. Que de esto de ayer se trataba de salir sin heridos. Vamos, dormimos el partido, ellos seguro que se apelmazan y a ver qué pasa. Pasó que Bojan juega la Copa y salió a por todas. Lux le paró dos remates de gol antes de que le pusiera de dulce, y de rosca, a Henry el balón del 1-0. El francés dejó un detallazo en un pase de tacón a Iniesta, que tiró fuera.
Andrés fue el mejor socio de Bojan. Como acostumbra lo hizo casi todo bien, por no decir que no se equivocó nunca. Tocó, robó, asistió. Le faltó el gol para redondear una noche espléndida. Como todo era tan plácido y cuesta abajo para los suyos, Guardiola dejó que Messi estirara las piernas. Y después Etoo. Leo hizo un par de cosas de las suyas, no más. Lux le paró una con los pies. Salió a eso, a estirar un poquito. Para la ducha. El ambiente no daba para más. Tampoco para el pobre Hleb, que manifiesta su dolor por lo poco que juega, igual el 30 de junio pide un cambio de aires. Lo cierto es que en este Barça el bielorruso desentona.
2-0 y Pinto de portero, que esa es otra. Muy bien Piqué, al que Del Bosque podría llamar hoy para la Selección. Hoy o cualquier otro día. 2-0. Nada escandaloso. Si acaso algún rato de aburrimiento no previsto. La final de Valencia, el Barça y otro. Salvo cataclismo no probable, claro.
Fuente:As.com