Nadie se explica porqué una simple lesión en el hombro lleva apartada a María Sharapova de las pistas durante medio año. Su última participación fue en el torneo de Montreal el pasado año y desde entonces, no ha hecho más que renunciar a torneos –no jugó el US Open el año pasado y éste se ha ‘borrado’ del Open de Australia, París y Dubai- y descender en el ranking, donde ya ostenta el puesto 17 de la WTA.
Si hace unos días, Shamil Tarpischev, capitán del equipo ruso de Copa Federación, señalaba la teoría de que los problemas de María eran más anímicos y mentales que físicos, esta vez ha sido Dzhamal Chakvetadze, el padre de Anna Chakvetadze, compañera y compatriota de María, quien ha salido a la palestra para dar su versión de los hechos y echar la culpa... al amor. “La mente de María no está en el tenis, sino en el amor. Hace unos días hablé con su padre y él no sabe qué hacer, ha perdido toda influencia sobre su hija. ‘Masha’ –así se la conoce cariñosamente a María Sharapova- ha dejado de escucharle. Durante los seis meses de baja, ella se ha acostumbrado a la buena vida y al amor y ahora no necesita nada ni a nadie excepto a ese tipo”, señaló Dzhamal refiriéndose a Charlie Ebersol, actual pareja de María Sharapova.
María Sharapova tiene 21 años y mucho recorrido en el mundo del tenis, aunque se ha sabido ganar la vida ejerciendo como modelo o como diseñadora de ropa en trabajos puntuales. Desde el pasado año se la relaciona con el multimillonario Charlie Ebersol, hijo de un magnate estadounidense, con quien se le ha visto acompañada en el tiempo de asueto en las pistas.
La dilatación de la baja está dando lugar a muchas especulaciones sobre el futuro de la tenista siberiana, si bien ha sido ella la que ha señalado abiertamente que su mayor deseo en estos momentos es regresar a la actividad, algo que podrá ocurrir en Miami o Indian Wells el mes que viene.
Fuente:Marca