El sabor añejo de los partidos de la Copa del Rey impregnó el duelo de ida de semifinales entre Sevilla y Athletic en un Ramón Sánchez Pizjuán anegado. Una tromba de agua puso en peligro la disputa del encuentro y obligó a retrasar quince minutos el inicio del choque. Quien quisiera acercarse a la final tendría que mojarse y ningún equipo dudó en arremangarse desde el primer momento sobre un terreno de juego todavía encharcado. La pelota se frenaba o se aceleraba para desgracia de defensas y guardametas, que debían extremar las precauciones ante el riesgo latente de cometer una pifia. Dicen que en circunstancias desfavorables el ingenio se agudiza. A punto estuvo de demostrarlo Ion Vélez, que casi marca desde el centro del campo tras un mal despeje de Palop.
Fue la primera ocasión del partido antes de que ambos equipos explotasen sus recursos a balón parado. Cuando hay charcos en el suelo, el peligro suele estar en el aire. En el 33', Romaric cabeceó un córner botado por Renato al larguero para alivio de Iraizoz, que no alcanzaba a sacarla. Si llegó Palop en el 41' para desviar a córner una volea de Fernando Llorente, que tenía preparado uno de sus habituales zarpazos. Se lo dio al Sevilla justo después, en un saque de esquina de David López que se tragó Palop. Squillaci perdió el salto con el delantero rojiblanco y el balón se fue a las redes sin que nadie pudiese remediarlo.
Los leones se marcharon al descanso con el pase a la final en un horizonte no tan lejano ante un Sevilla que parecía angustiado. Los primeros minutos de la segunda parte estuvieron a punto de decidir definitavamente el nombre del finalista. Iraola remató cruzado y el balón llegó en el segundo palo a Ion Vélez, que la mandó fuera a un palmo del gol. Hubiese sido el 0-2 para un Athletic que se sentía cada vez más cómodo. Fue Lautaro Acosta, inédito casi toda la temporada y que había salido tras el descanso por Renato, quien alteró el partido. El argentino tuvo el empate en una contra pero tardó demasiado en tirar y Amorebieta se cruzó a tiempo. En el córner posterior, barullo en el área, remate al larguero de Acosta y gol de Duscher, que la pegó con el alma para empatar en su primer gol como sevillista.
Bocinazo de Lautaro Acosta
El empate cambió la fisonomía del partido y el Sevilla se vino arriba. Era momento de que apareciese Iraizoz para sacar de un manotazo un remate de cabeza peligroso de Romaric. Se olía el gol del Sevilla cuando en el 83' cayó Kanouté en el área tras tropezar con Aitor Ocio. La jugada polémica del partido para Velasco Carballo no tuvo incidencia en el marcador, ya que el africano la mandó al poste y falló en el rechace, aunque su segundo remate no era válido.
El partido se le acabó haciendo larguísimo al Athletic, que se conformaba con el empate y acabó perdiendo. Tras un nuevo aviso de Kanouté llegó el gol de Acosta en otro barullo. Duscher intentó una media chilena, el balón salió rebotado y Lautaro la empujó con el corazón.
Era el momento que había soñado desde que llegó al Sevilla. Un gol que puede ser clave en una eliminatoria tan igualada.
Fuente:Marca
