Pocos saben que Álvaro Quirós (nada que ver con otra gran familia de golfistas gaditanos) es un gran fan de James Bond, aunque desde su sufrida y trabajada victoria en Qatar, este gran admirador de 007 ha enviado un mensaje clave al resto de sus rivales: ya tiene su licencia para ganar. Y Álvaro, inteligente, trabajador, sufridor y, ante todo, luchador como ninguno, aprovechará cualquier resquicio que le dejen sus rivales para llegar primero a la meta.
La última jornada del torneo de Qatar se complicó...
Ha sido sin duda la victoria más sufrida de las tres (Alfred Dunhill 2007, Portugal Masters 2008 y Qatar 2009). Y eso que desde un principio salí muy concentrado, pero las cosas no iban saliendo como quería. Hablaba con Dave, mi caddie, y comentábamos que teníamos que aprovechar la experiencia y aguantar el tipo. El putt del 9 me dio un poco de vida; aunque realmente, el momento duro fue en la calle del 15. Ni mi caddie ni yo veíamos claro el golpe, fuimos a arriesgar y acabe en el agua. En ese momento se me cayó el mundo encima y pensé que ahí se ahogaban todas mis esperanzas; pero saqué un buen bogey y los demás también fallaron. Se resume en dos minutos, pero no veas cuando estás en el campo, ¡todo parece eterno!.
¿Has tenido tiempo para asimilar la victoria, para celebrarlo?
Sólo me acuerdo del chapuzón. ¡Los colegas me tiraron al agua! Llegué a la rueda de prensa empapado. Terminé, tomé una ducha caliente, hice las maletas y llegamos muy entrada la noche a Dubai. Ah sí, hoy lo he celebrado con una buena hamburguesa en compañía de Gonzalo. Cuando vuelva a casa, me iré con mis padres y mi novia a cenar. No soy de muchas celebraciones.
Estas últimas horas eres el hombre más buscado y más deseado…
Sí –sonríe-. Me han llenado el teléfono de mensajes y llamadas, aunque aquí la cobertura es tan mala que me llegan horas después. Es bueno y agradable que se acuerden de ti en estos momentos. Aprovecho para pedir disculpas si no he podido atender a todos, pero esta mañana me he levantado a las 8 y tenia que entrenar un poquito.
¿Esperabas ganar esta semana?
Me ha pillado un poco de sorpresa, casi como cuando gané mi primer torneo en Sudáfrica. No estaba jugando mal, es verdad. He tenido acierto con el putt y… bueno, los rivales me han echado una manita.
Dar un salto tan brutal en el Ránking mundial hasta los 30 primeros, ¿te va a cambiar la vida?
No. Llega otra semana y empiezas de nuevo. Pones la bola en el Tee del 1 y a darle otra vez. Este deporte no te regala nada, tienes que luchar cada semana desde cero. Sí me va a cambiar toda la planificación, porque a principio de temporada te pones objetivos de ir pasito a pasito y quizá a final de la temporada terminar entre los 50 primeros. Pero saltar así de golpe, ¡eso es lo que me impresiona!
Este será tu primer acercamiento directo al Circuito americano y a la élite del golf mundial, jugar el Gran Slam, los torneos del Circuito Mundial… ¿te seduce la idea de jugar el PGA Tour?
La verdad es que sí. He jugado dos pruebas de Circuito americano, pero en México y así, no plenamente metido PGA Tour, y la verdad es que me seduce. Si está en mi mano iré a por la tarjeta del Tour americano.
Y ya de la Ryder…ni hablamos
¡Calla, calla! Aún es muy pronto. Hay mucho camino que recorrer aún.
Tres años en el Tour, tres victorias, ¿qué has aprendido en este camino?
Muchas cosas del entorno, lo que debes y no debes hacer.
¿Lo que no debes…?
Sí, aprendes de todo. Me llama mucho la atención del comportamiento de algunos jugadores que se enfadan en el campo. Sé que es producto de la frustración, pero es un comportamiento que no me gusta. Me gusta ser un jugador educado, respetuoso. Eso lo he aprendido de mi familia, de mi entorno y de jugadores como Olazábal: un caballero en el golf.
¿Eso es parte de la escuela pública, y popular, de La Cañada?
Quizá, no lo sé. Me lo han enseñado desde pequeño y es cuestión de disciplina. Y yo me considero un jugador disciplinado. Pedro Tineo fue uno de mis maestros en La Cañada y de él aprendí la disciplina.
¿Algún héroe a quién imitar?
Pues la verdad es que mi generación estamos un poco perdidos. No vimos a Seve, lo que sé lo he visto en videos o me lo han contado; cuando Olazábal jugaba el Masters de Augusta, yo apenas tenía 10 años y aún me debatía entre jugar al fútbol o al golf.
La lesión de muñeca, ¿totalmente olvidada?
Totalmente. Por fortuna, no ha dejado ni suecuela física ni psíquica, Se ha ido.
Fuente:Marca
