Choque de trenes, duelo apasionante y eléctrico, todo o nada en Nervión. Sevilla y Valencia jugarán por meter pie y medio en la final de Copa (el cruce de semifinales invita a pensar así) o cargar con la pena durante toda la segunda vuelta liguera.
Pese a vivir en territorio Champions, ni Jiménez ni Emery arrastran una cohorte de defensores demasiado extensa. Necesitan urgentemente un golpe de credibilidad para no convertir cada partido de Liga en continuos exámenes definitivos. Hay demasiado en juego. De ahí que desde los dos barrios asuman el duelo de esta noche como una final anticipada.
Villa y Albiol no llegarán. Sí lo hará Joaquín, quien volverá a pisar campo enemigo. Aunque su paso por Nervión ha perdido mucho morbo. Albelda y Baraja formarán la pareja de pivotes, Vicente se abrirá a la banda y Silva y Mata jugarán arriba. César debutará. Emery lo tiene claro: cerrará líneas, obligará a apretar los dientes y se encomendará a un latigazo veloz arriba. El 3-2 de la ida y la fuerza que le da el hecho de haber tenido todo perdido juegan a su favor. En contra, la debilidad defensiva. En los últimos partidos, ha sufrido goles en cascada. Demasiada ventaja para un rival acorazado ofensivamente por Luis Fabiano, Kanouté, Capel y Navas. El niño arrastra preocupantes molestias musculares, pero jugará. Maresca pagó su rajada y estará en la grada. La primera misión será acabar con el fútbol plano que lastra al equipo en casa, donde los bostezos se disparan. Todo o nada en Nervión: la victoria reactivará al ganador; la eliminación será una carga pesada.
Fuente:As.com