Se trata de una paradoja más del fútbol. Al Valencia le quedan siete mediocentros en su plantilla y es posible que todavía tenga que fichar a otro para la próxima temporada. El problema lo han heredado Juan Sánchez y Unai Emery y son ellos los que lo tienen que solucionar.
El Valencia fichó la temporada pasada a cuatro pivotes, cada uno de ellos con un responsable deportivo distinto y también con un coste económico dispar. Carboni fichó a Sunny, del Polideportivo Ejido, por 3 millones de euros en el global de la operación con el club andaluz.
El siguiente director deportivo, Miguel Ángel Ruiz, pagó 18 millones de euros al Benfica por Manuel Fernandes. En el mercado de invierno, entre Koeman, el propio Ruiz y el vicepresidente deportivo, Rafael Salom, ficharon a Banega (18 millones) y a Maduro (3 millones).
fuente:marca