Volvemos al pasado, el estadio se venía abajo desde la presentación de ambos luchadores y los gritos de la gente en el Skydome se confunden entre “Wogan” y “Harrior”....un loquerío.
Siendo sincero, técnicamente la pelea es un cero a la izquierda; como espectáculo es un golazo, un éxito completo. Warrior venía recogiendo fanáticos desde el 89 y llegaban a ser tantos o más que los Hulkamaniacs. Era obvio que un encuentro entre ambos y bien bookeado como felizmente lo fue, iba a resultar en un lleno total demostrando que la historia que precede a una lucha es tan importante como la pelea en sí.
Y lo que hace que la lucha resalte mucho más, es que Hulk Hogan, el main eventer, la figura principal de los cinco años anteriores, el ícono de la WWF, por fin entrega la antorcha como debe ser, perdiendo contra su oponente y dándole todo el crédito por la victoria obtenida. Comenzaba ese día una nueva era, la era del Warrior. Lucha fue en el 1990