En el vestuario de la cancha de los Utah Jazz el pasado miércoles, Sergio Rodríguez y Nate McMillan mantuvieron una conversación en la que el entrenador le dijo que estaba contento con sus actuaciones y que iba a jugar más de lo habitual. Sin embargo, volvió a actuar siete minutos. Fue la frustración que colmó el vaso de la paciencia del español, que se había sentido engañado más veces antes.
Al acabar el primer entrenamiento posterior a la petición de traspaso que el agente José Ortiz hizo en MARCA.com, toda la prensa de Pórtland rodeó a Sergio. Visiblemente afectado, el canario explicó punto por punto su frustración. “McMillan me dijo antes del partido contra Utah que iba a jugar más”, reconoce Sergio. Jugó siete minutos. Por eso, tras haberse sentido abiertamente frustrado tras el partido inaugural contra los Lakers (cinco minutos en pista), la paciencia del canario se rompió. “El año pasado ya les dije a todos que quería jugar más”, añadió
Sergio, que dejó clara su tristeza y desconcierto por la situación que está viviendo (“considerando cómo me siento, no estoy jugando mal. Al menos no cometo errores”, llegó a decir), repitió que “no es sólo una cuestión de minutos, son todas las circunstancias. Creo que no entro en los planes del entrenador. Estoy frustrado por todo. Nunca sé si he jugado bien o mal ni qué tengo que hacer”, señaló. Dejó claro, además, que no es una situación sostenible: “No puedo seguir siendo el tercer base por tercer año. Tengo que intentar otras cosas”, señaló.
El canario reconoció que su juego no era el mejor posible, pero que con minutos en cancha ha demostrado que sí lo pude hacer, como en la pretemporada. “Necesito un poco de libertad, disfrutar jugando”, demanda Sergio, algo que a día de hoy parece imposible.
La decepción de los Lakers
Después de haber trabajado todo el verano, de haber mejorado sensiblemente su tiro y su defensa (como se vio en pretemporada, cuando sí tuvo la confianza necesaria para jugar), llegó el partido inaugural: contra los Lakers, cinco minutos en pista. “Estamos en las mismas”, dijo entonces. “Después de ese partido sólo podía hacerme preguntas. Me sentí tan mal… Pero he sido un profesional en todo momento. Soy un buen compañero y siempre hago todo lo que puedo para que ganemos partidos”, acabó.
Fuente:Marca.com