En mi particular Día de la Marmota, esta pesadilla ya la he vivido, se repite inevitablemente cada primera ronda de Copa desde que las grandes mentes de nuestro fútbol decidieron recuperar el doble partido. El destino les maldiga con una eternidad viendo sin reposo partidos como este Orihuela-Atlético, que son al fútbol lo que las películas de Ed Wood al cine: una parodia involuntaria.
Y la afición, que no es tonta, se ha aprendido la lección y ya ni llena los campos de los modestos cuando llega un grande. Ayer, en Los Arcos se superó a duras penas la media entrada y los 3.000 que fueron se merecen un homenaje. Sólo Forlán tuvo el detalle de regalarles algo de fútbol para que puedan recordar algo agradable de aquella noche en que el Atleti visitó Orihuela.
Hasta el gol, los locales dieron la cara sin hacer honor a su apodo de equipo escorpión: no picaban. Y eso que esa defensa retro del Atleti (Antonio López-Perea-Pablo-Pernía) siempre es promesa de diversión, pero nada. Sólo las salidas imprecisas de Leo Franco en un par de faltas laterales dieron algo de emoción al asunto. Inarejos fue el que más se aproximó, pero Perea estuvo muy atento.
Tras 44 minutos de sopor, el Atleti decidió dar su zarpazo. Buen pase de Antonio López y Forlán resuelve a la perfección, con un remate cruzado al primer toque. Hasta ese momento, sólo las ganas de Camacho, que rinde siempre que juega, y los detalles de Luis García habían recordado que en el césped había un Primera.
Susto. La segunda parte fue más de lo mismo, aunque Iban Espadas pudo revolucionarlo todo a los 49' cuando no remató bien un pase de Juanjo que era gol, ya que Leo Franco jugaba al escondite inglés un metro por detrás. El sobresalto hizo que el Atleti espabilase ligeramente, pero sin pasarse, eh. Digamos que dejó de roncar, pero siguió tumbado a la bartola.
Con eso le bastó para rozar el 0-2 en tres ocasiones: un mano a mano errado por Forlán, un tirazo lejano de Luis García y un remate blandito de Sinama tras una buena combinación entre Banega y Luis García. Si hacen un resumen de los mejores momentos de una conferencia sobre colombofilia, sale más largo y emocionante que el del partido.
Tampoco Aguirre quiso darle aliciente alguno y metió a los chavales Quillo y, sobre todo, el esperado Keko sólo para perder tiempo. Eso es dar oportunidades a la cantera, sí. Pero si el único objetivo era asegurar el pase, misión cumplida. Y este partido se borrará de nuestras memorias en tres, dos, uno...
El colegiado, sin problemas
El árbitro Álvarez Izquierdo, que estaba en el punto de mira después de su horrible actuación en el Madrid-Athletic del pasado domingo, no tuvo ningún problema en Orihuela. Ninguno de los dos equipos dio una patada ni hubo jugadas polémicas. Esta vez, el catalán tuvo suerte.
Fuente:Diario As.com