Un diario sensacionalista descubrió ayer que la federación inglesa (FA) decidió boicotear el Bernabéu como sede del amistoso que probablemente dispute nuestra selección con los pross el próximo febrero. El recuerdo amargo de lo que una fuente de la FA describió como "el peor abuso racista sufrido por los nuestros" durante el enfrentamiento de noviembre del 2004 le llevó a decidir que el regreso de Inglaterra a España no debería realizarse en el estadio madridista. "Cualquier ciudad menos Madrid", se le dijo a la federación española. Según la misma fuente, ésta aceptó que el encuentro se jugara fuera de la capital, aunque nuestra federación ha desmentido este punto.
Cuando se le explicó ayer a Fabio Capello la decisión de la FA, éste montó en cólera y exigió que se emitiera un comunicado público en el que se dijera explícitamente que el italiano no tenía nada que ver con el asunto. La FA le hizo caso y lo hizo. "¡Si quiere más a España que a Italia!", dice uno de sus allegados. "El otro día Capello se vio con Vicente del Bosque y con Fernando Hierro en Viena y todos ellos bromearon que los ex del Madrid se iban a reunir en el Bernabéu de nuevo". Al italiano, que desconocía hasta ayer los incidentes ocurridos en el 2004 como confirmó en conversación telefónica anoche con AS, le es ciertamente igual dónde se celebre el encuentro, pero ahora la federación inglesa tiene un problema gordo porque la nuestra desea que el amistoso, si se juega, sea en el estadio del Real Madrid.
La FA explicó ayer que, antes de la Eurocopa, se planearon los amistosos de los próximos meses. Se decidió que era importante jugar de nuevo con nuestra selección en suelo español, se pensó en el 11 de febrero y Capello aceptó. Ya sin el permiso del italiano, la FA, según fuentes de la misma, pidió a la española que no se jugara en la capital porque la prensa inglesa no iba a aceptar que se regresara al estadio donde se insultó a sus futbolistas. "Guerra al racismo de la federación", tituló el Daily Mail ayer. "Inglaterra decide boicotear el Bernabéu para proteger a los jugadores ingleses de abuso racista".
La federación inglesa se pasó el día de ayer intentando redirigir el asunto, pero en el fondo la sensación que queda es que se ha preferido castigar la actuación de un grupo de aficionados que respetar la historia del estadio y el hecho de que la federación española ya fue multada por la UEFA. Además se ha utilizado el nombre de Capello para darle peso a su decisión. El italiano obligó a rectificar a la federación, pero el mal estaba hecho.
Pero, ¿por qué sacar a relucir los incidentes de hace cuatro años? La federación está liderando una campaña contra el racismo en el fútbol y la prensa hubiera visto con malos ojos el regreso al Bernabéu. O mejor dicho, la FA temía que la prensa pudiera utilizar la vuelta al estadio madridista como arma arrojadiza. Además, tiene la obsesión de mostrarse políticamente correcta y éticamente limpia porque está en plena campaña para lograr el Mundial del 2018. Por si fuera poco, uno de los capitanes de la selección, Rio Ferdinand, se ha manifestado contra las actuaciones racistas de las hinchadas (el último afectado fue Emily Heskey en Croacia) y la FA ha querido respaldarle: la relación entre la federación y los futbolistas es muy delicada y Rio, entiende la FA, no hubiera querido regresar al Santiago Bernabéu.
Apoyo de Gerrard. Steven Gerrard, consciente de la metedura de pata de la federación, prefirió pasar de largo por la situación. "Tengo muchos amigos españoles y muchas ganas de volver a enfrentarme a ellos", dijo tras el entrenamiento de ayer. En una de las varias notas públicas emitidas ayer por la FA, el organismo asegura que "somos conscientes de los pasos dados por el fútbol español para erradicar el racismo desde que Inglaterra jugó en su país. Pero la FA ha decidido que lo mejor es que se juegue en otro estadio el que será el primer partido en España desde entonces".
Fuente:Diario As.com