Una ex enfermera sospechosa de comerciar con espíritus infantiles fue arrestada en el noreste de Tailandia después de que la Policía descubriera catorce fetos humanos muertos en un almacén abandonado.
Los hechos ocurrieron en la provincia de Ubon Ratchathani, donde Naengnoi Kaan compraba los recién nacidos a chicas que habían abortado ilegalmente.
Según el diario "Bangkok Post", la presunta hechicera guardaba en el almacén -propiedad de un familiar- a los fetos, que luego vendía a sus clientes como "luk krok" o "fantasmas de niños".
En el imaginario popular tailandés, estos espíritus dan buena suerte y se cree que ayudan a ganar la lotería.