Qué quiere Wenger, que los partidos duren cuatro horas?". La virulencia del ataque de Michel Platini contra el entrenador del Arsenal porque éste simplemente había reclamado el apoyo del vídeo para juzgar partidos a raíz de que un árbitro validara un gol fantasma del Reading, habla bastante claro de la postura del presidente de la UEFA. Platini no quiere ninguna interferencia tecnológica en el juego. Prefiere seguir confiando en el acierto o error de los humanos.
Y para ello poblará el terreno de juego con dos árbitros más, que se colocarán detrás de cada portería. La International Board (organismo que vela por las reglas del fútbol) lo aprobó en marzo, el comité ejecutivo de la UEFA le dio luz verde en septiembre y desde hoy hasta el próximo miércoles se pondrá a prueba en el grupo 5 de clasificación para el Europeo Sub-19 que se disputa en Eslovenia. El italiano Nicola Rizzolli dirigirá hoy el debut de este experimento: Noruega-Eslovenia.
La misión de estos dos nuevos jueces de gol será ayudar al árbitro principal en todas aquellas acciones que ocurran dentro del área, dejando para los dos asistentes las jugadas de banda y los fueras de juego. La figura del cuarto árbitro (el suplente por si ocurre alguna lesión) no desaparece, con lo cual habrá seis pares de ojos vigilando en todo momento cualquier rincón del campo.
En este Gran Hermano del silbato, los jueces de gol se colocarán cerca del poste más lejano al asistente de cada mitad del campo, no llevarán banderín electrónico, pero sí estarán comunicados con el árbitro principal a través de auriculares. Además, tendrán la potestad de entrar en el área de penalti si lo consideran necesario.
El factor humano.
"Sólo con tres personas tenemos muchos problemas. No pueden verlo todo. Hay que ayudar al arbitraje, luchar contra los engaños y evitar los errores mayores, pero mi filosofía es preservar el aspecto humano del juego. Wenger es un hombre de negocios y yo soy un hombre de fútbol. Espero que no vea el vídeo nunca". Platini lleva mascullando esta idea desde que terminó el Mundial de 2002, cuando era miembro del comité ejecutivo de la FIFA, quizá influido por el árbitro eslovaco Lubos Michel, que se quejó de que perdía la concentración por las repeticiones de las jugadas en los videomarcadores del estadio.
La postura de Platini aparentemente parece contraria a la de Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, que probó en el último Mundial de clubes de 2007 el Goal Line Technology, un sistema en el que el balón tenía un chip y que también intentaba erradicar los goles fantasma.
Fuente:Diario As.com