Justo ahora que las agencias de protección de datos piden a Google más privacidad y seguridad, se descubre que Google perdió contraseñas en un ataque sufrido el pasado diciembre.
En enero pasado, el mayor buscador del mundo anunció que había sufrido en diciembre un sofisticado ataque a gran escala, y pronto otras empresas dieron el paso adelante y reconocieron que también habían sido atacadas; se calcula que el número total de víctimas supera la veintena.
En su día, lo que más dio que hablar no fue el ataque en sí, sino su procedencia, porque parecía venir de China y centrarse en cuentas de opositores y defensores de los derechos civiles en el país asiático.
Pero es ahora cuando se descubre que una de las tecnologías comprometidas en el ataque es Gaia, que es el sistema que nos permite dar nuestra contraseña de Google una vez y seguir utilizando servicios varios de la empresa.
Al parecer, no se robaron contraseñas de Gmail, aunque la compañía asegura que está trabajando para mejorar la seguridad. Pero de todas formas, que los atacantes se hicieran con datos sobre cómo funcionan sus sistemas de contraseñas no es bueno en absoluto.
Los expertos llaman a la calma, diciendo que todo sería mucho peor si los ingenieros de Google no se hubieran dado cuenta de la brecha de seguridad, y no hubieran tomado medidas al respecto.