Luego de consultas con el gobierno estadounidense, Google ha anunciado que no cederá a las imposiciones de China de censurar sus búsquedas, para lo que ya redirige las búsquedas hacia el portal de la empresa en Hong Kong. Se espera con interés la reacción de Pekín.
Aunque en los últimos días se ha especulado intensamente que Google abandonaría China, el gigante de Internet ha señalado que mantendrá su presencia comercial y tecnológica en China mediante algunas áreas de negocio. Sin embargo, en lo medular, anuncia que no someterá su servicio de búsquedas a la censura oficial. Para ello, redirige a los usuarios de IP china a su portal en Hong Kong (Google.com.hk), desafiando así directamente a Pekín.
Google entiende y reconoce que el gobierno chino puede reaccionar bloqueando el redireccionamiento hacia Pekín a nivel centralizado, anulando así la solución técnica lanzada por Google.
La decisión adoptada por Google sin duda ha sido complicada, debido a que China constituye el principal mercado mundial de Internet, con 380 millones de usuarios.
Quizás con el fin de proteger a sus empleados chinos de las posibles iras o castigo del régimen de Pekín, Google escribe que "Finalmente, deseamos dejar en claro que todas estas decisiones han sido gestionadas e implementadas por nuestros ejecutivos en Estados Unidos, y que ninguno de nuestros empleados en China puede, ni debe, ser responsabilizado por aquellas. A pesar de la inseguridad y dificultades que han enfrentado desde que hicimos nuestro anuncio en enero, han continuado trabajando dedicadamente a servir a nuestros usuarios y clientes chinos. Estamos inmensamente orgullosos de ellos".
China figura entre los principales lugares de la lista de países represores de la libertad digital y acceso a la información en Internet, según queda de manifiesto en informes periódicos presentados por organizaciones de derechos humanos y de protección de la privacidad (ver lista de "artículos relacionados" al final de esta nota).