Varias productoras de cine y la Asociación de Distribuidores de Software de Entretenimiento (Asede) han solicitado para un joven de 25 años una condena de tres años de cárcel y una multa de 5.400 euros por copiar contenidos protegidos con el objetivo de venderlos.
Los hechos sucedieron en 2006 cuando la Policía descubrió en el piso del acusado multitud de CDs con películas y videojuegos destinados "supuestamente" a la venta ilegal. Durante el juicio que se celebró el pasado 16 de febrero y su última sesión ayer, testificaron más de cinco agentes del Cuerpo Nacional de Policía que explicaron que durante el registro en el dormitorio donde vivía el acusado, se encontraron unos 700 CDs junto a tres torres de ordenador, una conexión ADSL y un PC portátil.
El ánimo de lucro es ilegal
Algunos de los agentes indicaron que desconocían si estos equipos estaban conectados para realizar copias masivas, la tesis de las productoras y de la Fiscalía es que servían para grabar las películas que luego se vendían a precios populares en torno a 3 euros. Supuestamente, el joven tenía un catálogo con todas las películas y las ofrecía en Internet en busca de compradores, después realizaba los envíos contrarrembolso.
Este es un ejemplo claro de que la justicia persigue a quienes se lucran con obras protegidas por derechos de autor. Aunque la justicia es lenta, existen mecanismos legales para perseguir la piratería y no es necesario redactar leyes especiales para Internet como se ha con la Ley de Economía Sostenible.