La Guardia Civil, en colaboración con el FBI y Panda Security, ha detenido a tres ciudadanos españoles que controlaban más de 13 millones de ordenadores infectados, denominados “zombis”, de los que obtenían datos personales y financieros.
Por el número de ordenadores que la integraban, ésta sea probablemente una de las botnes (redes de robots) más grandes que se han detectado. Con ella se podría haber realizado un ataque de ciberterrorismo muy superior a los realizados contra Estonia o Georgia.
En los registros practicados en los domicilios de los detenidos se han intervenido ordenadores, material informático e información personal de más de 800.000 usuarios. Los datos obtenidos por los ahora detenidos podían utilizarlos para sí o alquilarlos a bandas organizadas dedicadas al fraude bancario.
La denominada BOTNET MARIPOSA fue detectada en mayo del pasado año por técnicos de la empresa canadiense Defence Intelligence, quienes crearon un grupo de trabajo para su seguimiento, junto con la empresa española Panda Security y el Georgia Tech Information Security Center.
A partir de entonces se avanzó en la investigación de forma coordinada, lo que permitió conocer los vectores de infección de la botnet y sus canales de control de los ordenadores ajenos. Asimismo, se pudo determinar la existencia de un grupo de habla hispana, identificado como DDPTEAM, que había adquirido en el mercado del “malware” (programas maliciosos) el troyano utilizado.
El pasado mes de diciembre, identificados prácticamente todos los canales de control de esta botnet, se procedió de una forma coordinada a nivel internacional a bloquear los dominios que habían utilizado. Éstos se localizaban principalmente en dos prestadores de servicio americanos y uno español.
Como consecuencia de esta acción, probablemente como acto de venganza, se produjo un importante ataque de denegación de servicio (DDos) a la empresa Defence Intelligence, afectando seriamente a un gran operador de telefonía e Internet (ISP) y dejando sin conectividad durante varias horas a multitud de clientes, entre los que se encontraban centros universitarios y administrativos de Canadá.
Esta acción permitió conocer el resto de canales de control de la botnet, que finalmente han sido bloqueados, a falta de dos pequeños servidores que controlan muy pocos equipos informáticos.