Las opciones de la 'Armada' española se reducen poco a poco en este Open de Australia 2010. La última baja ha sido Fernando Verdasco, quien cayó ante Nicolay Davydenko en un partido en el que el español fue en todo momento a remolque, remontó dos sets adversos, puso contra las cuerdas a su rival, pero no supo rematarlo y al final acabó sucumbiendo ante él.
Fernando Verdasco (9) cayó ante el ruso Nicolay Davydenko (6) por un marcador global de 6-2, 7-5, 4-6, 6-7(5) y 6-3 tras tres horas y cincuenta y siete minutos de juego en un encuentro disputado en una abarrotada Rod Laver Arena, que tras dos días de intermitente lluvia en Melbourne pudo abrir la capota para dejar ver el sol. Tanto Verdasco como Davydenko saltaron al tapete prestos a dar lo mejor de sí mismos, a buena cuenta de que, una vez entrados en octavos de final, todos los rivales se presumen de entidad y cualquier fallo te puede mandar a casa. Los intercambios desde el fondo de la pista fueron la tónica más repetida en el comienzo de encuentro en el que los dos contendientes apenas cometieron errores. Los primeros llegaron de la mano del español y los pagó caros. En el quinto juego, Verdasco 'regaló' a Davydenko la primera ruptura del partido cometiendo una doble falta que era fiel reflejo de lo mucho que estaba sufriendo el madrileño con el saque. No conseguía jugar con primeros y se veía obligado a forzar en exceso con segundos. 'Fer' tuvo sus opciones al resto antes de que finalizara el primer set, pero el ruso, muy fino, dio una exhibición en la red antes de apuntarse la primera manga.
Una mínima relajación del ruso permitió que el buen hacer de Verdasco llevara al español a conseguir su primer break del partido, tomando una ventaja que sin embargo no supo/pudo ratificar debido al extraordinario juego de Davydenko, cuyo virtuosismo le permitió recuperar la desventaja con un break en blanco. Cuando pegas muy duro a la pelota, busca con acierto las líneas y te encuentras con un frontón que todo lo devuelve y de qué forma, poco tienes que hacer. Eso fue lo que le pasó a Verdasco, que se desesperaba en la pista viendo que el muro que tenía enfrente apenas tenía fracturas. Intentó variar el juego, jugar más al cuerpo del ruso, pero no pudo más que estirar el chicle. Davydenko esperó paciente su momento, que pudo llegar en el noveno juego, donde Verdasco tuvo que tirar de servicio para levantar un 0-40 adverso, pero finalmente fue en el undécimo, donde dos restos ganadores le dieron a Nicolay la oportunidad de cerrar el segundo set con su servicio. No le tembló la muñeca y tomó una ventaja en el marcador que parecía insalvable por cómo discurría el partido.
La tercera manga, un punto de inflexión
En el tercer set, el séptimo juego marcó un punto de inflexión en el mismo. Hasta que llegó ese momento vimos la mejor versión de Verdasco: agresivo, acertado y confiado, características que le llevó a tomar ventaja en el marcador y gozar de un 4-1. Cuando se llegó al citado juego, Fernando se vio con el mismo ganado, incluso tuvo que volver de la silla después de que el 'ojo de halcón' demostrara que uno de sus winners no había entrado. Davydenko aprovechó el momento de duda de Verdasco para, metido en pista, lograr la ruptura e igualar la contienda. Con la balanza equilibrada, al madrileño no le quedó otra opción que apuntarse al lema que reza "de perdidos al río". Jugó dentro de la pista, movió a su rival de lado a lado de la pista y terminó recogiendo sus frutos con un break que le daría el set y le metería de lleno en el partido.
A pesar de que el tiempo se iba consumiendo, Davydenko y Verdasco no parecían desgastarse. El español había conseguido centrarse y ser más regular, tomando aliento con los ánimos que su padre José y su amigo Claudio le daban desde la grada; el ruso seguía con gesto impertérrito, eso sí, jugando cada vez más allá de la línea de fondo. Ese terreno que fue ganando Fernando a Nicolay fue el que le dio opciones al madrileño de cerrar el cuarto parcial a su favor. Tras un break en el siempre clave octavo juego, 'Fer' sacó a continuación para ganar, pero regaló la ruptura al ruso con una nueva doble falta inoportuna. Verdasco lo vio difícil en el undécimo juego, donde salvó una bola de break con un saque directo, pero forzó la muerte súbita. En el tie-break, Verdasco fue a contracorriente por culpa de las dobles faltas e imprecisiones y Davydenko se puso hasta tres veces por delante en el marcador, pero fue el español quien consiguió llevarse el gato al agua y forzar el quinto y definitivo set.
Verdasco se fue al vestuario a reflexionar y salió 'lanzado' de nuevo a la pista. Tanto, que gozó de tres bolas de break en el juego inicial, pero no las supo aprovechar. Davydenko estaba 'tocado', pero Verdasco no consiguió 'hundirle'. Quien deja escapar a una presa de esa envergadura termina pagándolo. Poco a poco el ruso fue entrando en el partido y no tardó en llegar su oportunidad. En el sexto juego, llevó a efecto la única bola de break de la que dispuso, tomando así una ventaja que bien administrada le daría la victoria final. Cruenta derrota para un Verdasco que mereció más y se quedó con la miel en los labios. El billete para los cuartos de final es para Davydenko, que tendrá que vérselas ahora con el suizo Roger Federer (1), que se impuso al australiano Lleyton Hewitt (22) por un tanteo de El suizo Roger Federer superó a Lleyton Hewitt por 6-2, 6-3 y 6-4 tras una hora y cincuenta y cinco minutos de juego en el choque que cerró la jornada.
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