Villa y Mata, Mata y Villa. Seguridad, fiabilidad, efectividad y fútbol en mayúsculas. La sociedad asturiana volvió a liderar a un Valencia eléctrico, con una pinta estupenda. Joaquín se unió a la trama. El del Puerto emergió del olvido para despuntar en una victoria que refleja el nuevo estado del equipo, de un Valencia con otros aires, con el hambre necesario para superar cualquier problema.
Algo está cambiando en la capital del Turia. Emery mucho tiene que ver en el resurgir de un equipo que ha recuperado ciertos valores para mantener la estabilidad y marcar diferencias en ataque, de memoria. Joaquín volvió a sentirse importante a lado de Mata y Villa. El primero está destrozando las puertas de la selección de tanto portazo, y del 'Guaje', qué decir, lo de siempre. Pichichi ya del campeonato, convierte en oro todo lo que toca. Dentro del área, muy pocos aseguran sus resultados.
El Valencia y Mestalla han vuelto a congeniar. No importan los problemas, se superan con fútbol, y del bueno. Así todo es más fácil. El Depor se adelantó en el marcador, después de un centro de Pablo Álvarez que Moretti envenenó, y a los de Emery nos les entró ni un sofoco.
Los chicos de las travesuras
Poco a poco, el equipo fue metiéndose en el partido, haciéndose con los mandos y acabando con brillo. Así es este Valencia, capaz de cumplir el objetivo con cualquiera de sus planes. En Málaga, hace unos días, no hizo falta un juego de tiralíneas que, esta vez sí, dejó Mestalla con un gran sabor de boca y unas ilusiones sustentadas en razones de peso.
Joaquín quiso levantarse. Emery va por el buen camino de conseguir recuperar a un futbolista que, si quiere, marca diferencias comprometido con el proyecto. Precisamente, un servicio suyo desde su banda originó el empate. Con la ayuda de Aranzubia, a por uvas, Mata apareció por el segundo palo para cabecear y hacer realidad el 1-1. El zurdo ya se ha convertido en imprescindible.
Después de un gran último cuarto de hora en la primera mitad, el segundo asalto corroboró las sensaciones valencianistas. Del arma de Mata le llegó el balón a Villa, compañero de travesuras. El '7' no necesitó mucho más. David se revolvió dentro del área y sacó un latigazo marca de la casa. El campeón de Europa sigue celebrando goles y aportando como quien no quiere la cosa.
Se avecina un torbellino
El Depor, a contracorriente, comprobó de primeras el torbellino que amenaza por la capital del Turia. El Valencia disfrutó, sonrió con un fútbol brillante, de quilates. El tanto de Joaquín y el segundo de Villa, cosas de la vida, también nacieron de la bota de Juanín Mata. Una revolución en Mestalla.
Fernandes y Vicente, jugadores recuperables, hasta acabaron participando en la fiesta. El equipo no perdió nunca la intensidad y, sino, que nos expliquen el mosqueo valencianista con el 4-2. Lafita aprovechó un malentendido para dejar un cierto sello de honor. Mestalla está contenta y se nota. Su Valencia, confirmado, es un serio candidato a lo que sea. La sociedad carbura.
Fuente:Marca.com