Tras los dos meses de suspensión que le impuso la FIFA por sus exabruptos en una rueda de prensa, Diego Armando Maradona ha aterrizado hoy en Sudáfrica ejerciendo de nuevo como seleccionador de Argentina, el frente de una delegación que examinará las instalaciones que utilizará la albiceleste durante el Mundial 2010.
En medio de un enjambre de cámaras que esperaban al ex astro argentino, apareció Maradona protegido por las fuerzas del orden como si de un jefe de Estado se tratara. Convive Maradona con su popularidad planetaria con la misma naturalidad con que se lava las manos cualquier mortal y, en consecuencia, se paseó por el aeropuerto sin inmutarse por los empujones en los que inevitablemente se enzarzó la prensa con las fuerzas del orden a muy pocos centímetros de él.
Cubierto con unas enormes gafas de sol pese a la tormenta con la que amaneció hoy Johannesburgo, Maradona, impertérrito, orondo y vestido de chándal, se encaminó con toda la calma del mundo hasta la furgoneta que le esperaba en la entrada del aeropuerto, rodeada de motos y coches de la Policía, fuertemente armada.
Finalmente, antes de arrancar, y ante la insistencia de los periodistas y algunos aficionados, el ídolo se dignó a asomarse a la puerta de la furgoneta por unos segundos, levantar la mano y regalar una sonrisa fugaz a las lentes de la prensa. Y eso fue todo. Ya lo había avisado la organización del Mundial: Maradona estará cinco días en Sudáfrica pero no está previsto que abra la boca en público. Durante su estancia, la "mano e Dios", además de visitar las instalaciones que servirán de cuartel general a Argentina en Pretoria, realizará algunas actividades de carácter social.
Mañana, por ejemplo, el equipo técnico encabezado por Maradona visitará dos barrios marginales en Pretoria, en uno de los cuales hay un equipo de chavales que juega con la elástica albiceleste gracias al apoyo de la embajada argentina.
El jueves, último día de actividades, Maradona estará en Soweto, donde se ubica el Soccer City, estadio estrella del Mundial, y donde visitará una fundación que trabaja con ocho colegios que han convertido el fútbol en una actividad educativa. Maradona, según dice el programa, llegará al estadio en helicóptero, y después, si nada cambia, se irá como ha venido, sin decir "esta boca es mía".
Fuente:As.com