Dakar:Sainz gana pese a sufrir un vuelco con el Touareg

Eran más de veinte, con coraje, determinación y ganas. "Es el 'gallego', el 'gallego', vamos allá, ayuden al Matador", dijo uno. Y bajaron la duna corriendo hacia donde estaba el coche de Carlos Sainz, volcado, con las ruedas hacia arriba y el susto en el alma. Todos empujaron y en un instante el Volkswagen Race Touareg, ese monstruo indestructible, estaba en pie.

"Va, va, va, viste, que está como nuevo ché", gritaban mientras el piloto español salía del coche. Le quitaron el parabrisas y en dos minutos estaba arrancado y listo para continuar. Sin capó, sin cristales pero listo. El copiloto tardó en montarse, presa del pánico, pero se subió. "Vamos, vamos, dale, vamos a vencer", animaban los argentinos. Y el madrileño siguió camino.

Apenas estuvo tres minutos atrapado en las dunas negras de Nihuil. Sucedió hace un año, en el comienzo del raid. Ahora hay que evitar un susto así como sea. Ahora es el final. El último desafío antes de volver a entrar en la historia, antes de que la primera gran leyenda del automovilismo español se convierta en el primer español en ganar la carrera más dura del planeta sobre una máquina de cuatro ruedas.

Las dunas de Nihuil son un pequeño desierto en la provincia de Mendoza, en las cercanías de los Andes, en una región donde el vino se fabrica gracias a los canales que el hombre ha construido desde las montañas a los viñedos. 30.000 hectáreas de dunas que llegan hasta los 200 metros de arena volcánica gris, en algunos lugares incluso negra. Es el empuje final, cuarenta kilómetros de dunas antes de La Pampa, el momento decisivo, el minuto 90 de este partido eterno en el que los jugadores lanzan su vida al destino del viento del desierto. Y Carlos llega a la penúltima etapa tras lograr su segunda especial, en un día complicado que terminaba con un tobogán de dunas.

Sainz y su copiloto Lucas Cruz, el hombre con el que ha ganado todo lo que ha disputado, fueron primeros desde casi el comienzo de la especial e incluso llegaron a tener una ventaja de cuatro minutos sobre Al Attiyah, pero finalmente sólo fue de 51 segundos. La pareja española sufrió hasta un toque con el inmenso Hummer del estadounidense Robby Gordon.

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