El himno que retumba las paredes de La Catedral empieza por un "Athletic gorri ta zuria" (Athletic rojo y blanco), pero no siempre han sido estos los colores del singular club bilbaíno. Una casualidad, la adquisición de unas camisetas del Southampton, hizo que los leones abandonasen el 9 de enero de 1910 el blanquiazul para enfundarse la rojiblanca. Fue una sorpresa sin discrepancias ni en la afición ni en la prensa, quizás porque los colores de la ciudad eran los nuevos, jamás abandonados ya como primera indumentaria.
Ha habido escarceos con la segunda zamarra, como aquella camiseta ketchup del artista Darío Urzay que duró dos telediarios en el 2004 o la preciosidad negra con el diseño del león en la parte izquierda del pecho. La publicidad privada, incorporada hace campaña y media, supuso el último cambio, tan drástico como necesario.
Hoy se cumple pues un siglo con el Athletic en rojo y blanco. Todo empezó en una visita al Sporting de Irún, en la que los bilbaínos parecieron no conocerse. Perdieron 2-0 sin pasarse bien la pelota, pero hicieron honor al revolucionario cambio ganando a domicilio la final de Copa al Vasconia Sporting, nombre bajo la que estaba encubierta la Real Sociedad, sin un año de existencia. Un curioso guiño del destino, ya que el blanquiazul se quedó allí, en San Sebastián.
El club ha sacado ahora a la venta una camiseta de la época en algodón por 36 euros. Ya la lucen sus nuevos cracks.