Sergio Sánchez, futbolista del Sevilla temporalmente apartado de la actividad deportiva por problemas cardíacos, confesó este martes que se siente "derrumbado y destrozado" desde el punto de vista futbolístico, pero intentó destacar la "parte positiva" de su situación y el apoyo de su familia y amigos.
El futbolista de 23 años, que se ha trasladado a su localidad natal, Mataró (Barcelona), desde que conoció el diagnóstico de los médicos del Sevilla, visitó a la plantilla del equipo andaluz en su hotel de concentración de Barcelona, donde recibió los ánimos de sus compañeros, además del presidente del club, José María del Nido; el entrenador y el director deportivo, Manuel Jiménez y Ramón Rodríguez, 'Monchi'.
"Las familias de Jarque y de Puerta pagarían por estar en mi situación", explicó Sánchez, visiblemente afectado, a las cámaras de TV3, "por eso sé que debo quedarme con lo positivo y que debo animarme".
Arropado por su familia
El jugador catalán, fichado esta temporada por el Sevilla procedente del Espanyol, destacó que su familia le ayuda a "hacer todo esto mucho más fácil", aunque admitió que sobrellevar su baja "cuesta muchísimo". "Afortunadamente tengo mucha gente a mi alrededor y sé que debo pensar en positivo", añadió.
Sánchez será sometido a nuevas pruebas médicas en los próximos días para determinar con mayor exactitud el diagnóstico de sus problemas cardíacos y sus posibilidades de seguir jugando al fútbol.