Un grupo de investigadores de la Universidad de Tokio, liderados por Takeo Somaya y Tsuyoshi Sekitani, ha desarrollado un tipo de memoria flash no volátil, orgánica y flexible que podría tener aplicaciones futuras muy interesantes.
Teniendo en cuenta que lo que han creado es tan sólo un prototipo, entenderemos las limitaciones que actualmente tiene: tras insertar celdas de memoria en una lámina con resina de naftalato de polietileno, consiguen que dichas memorias se curven hasta 6 milímetros sin que exista degradación eléctrica o mecánica. Se puede almacenar información máximo 1 día sin que ésta se altere, y se pueden escribir y borrar datos unas 1.000 veces.
Como hemos dicho, se trata de un proyecto al que le queda mucho camino por recorrer para ser totalmente viable, pero lo mínimo que se nos ocurre es una futura implementación en dispositivos móviles ultrafinos, en ultraportátiles o en otros gadgets que, incluso, puede que aún ni se hayan inventado.
Fuente:Noticias3d.com