Mejuto: las chicas de compañía en los hoteles es una leyenda urbana.

La última jornada de Liga dirigió su partido 248 en Primera División. Fue en El Sardinero. Un Racing-Valencia. Nada de especial, salvo que igualó el récord de partidos dirigidos por un mismo árbitro en la Liga. Se trata de Enrique Mejuto González.

¿Qué sabe del poseedor del registro, Daniel Zariquiegui Izco?

Como árbitro no le vi, pero coincidí con él cuando ejercía como delegado de Osasuna. Era una persona entrañable, sensacional y muy agradable. Siempre estaba a tu servicio. Fue un placer conocerle y también conozco a su hijo, que, por cierto, es periodista.

Debutó en Primera División el 16 de septiembre de 1995 en un Valladolid-Compostela (0-0). ¿Qué recuerda de aquel día?

Todo. Fueron amigos míos a verme y los árbitros de Valladolid se volcaron, incluso me hicieron una placa. Fue una sensación especial, porque no te planteas llegar a Primera y más un árbitro como yo, de Langreo, donde somos muy pocos. Parece que fue ayer y ya han pasado quince años. .

¿Qué ha cambiado del Mejuto del famoso “Rafa, no me jodas” al actual?

Nada. Me gusta ser dialogante con los jugadores y que nos entendamos mutuamente. Tienes que ganarte el respeto, pero no el miedo. Si el jugador no está cómodo, todo es más difícil.

Ese partido pudo marcar negativamente su futuro...

Yo creo que en la vida todo te marca para bien y aquello ayudó, porque la gente se dio cuenta que no es fácil tomar decisiones.

Al poco de aquello dejó de ir con Rafa Guerrero. ¿Por qué?

El decidió ir con Díaz Vega, que era internacional, y tomamos caminos diferentes.

¿Con qué partido se queda de los que ha dirigido?

Yo siempre digo que el partido más importante es el siguiente, pero recuerdo con especial cariño mi etapa de regional, cuando llevabas el bocadillo en la bolsa, porque pitabas tres y cuatro partidos el mismo día. La gente de los clubs te apoyaba y ayudaba.

Pero no me negará que la final de Copa del ‘Centenariazo’ del Deportivo al Real Madrid en el Bernabéu y la de la Champions en la que el Liverpool remontó un 3-0 al Milan son especiales.

Claro, sobre todo, la final de la Champions League Nadie esperaba lo que ocurrió. Incluso la afición del Liverpool se había ido a la media parte y luego querían volver a entrar.

Lo mejor es que pocos recuerdan que usted fue el árbitro.

Desde luego. Pasé desapercibido y eso es lo que mejor califica si has hecho un buen arbitraje.

Hemos hablado de los buenos momentos. El peor, supongo, fue cuando se quedó fuera del Mundial de Alemania porque sus asistentes no pasaron las pruebas físicas ¿no?

Lo pasé muy mal y fue una decisión que no entendí, porque había hecho las mejores pruebas de todos los candidatos.

Y se retirará con esa espina clavada.

Sí, porque parece que tampoco me va a tocar ahora. El elegido es Undiano Mallenco, un árbitro excepcional. Pero he hecho todo lo que estaba en mi mano y me iré con la conciencia tranquila

Por cierto, ¿cómo lleva eso de tener que irse a los 45 años?

Hay que dar paso a las nuevas generaciones. La vida no se acaba con el fútbol y pienso en la formación de los chavales, porque nos volcamos en las victorias y no en lo que enriquece sus valores.

¿Se ve en un papel como el de Megía Dávila en el Real Madrid?

¿Por qué no? Si un club pone un profesional en cualquier otro departamento no se arma tanto revuelo. En Inglaterra y Holanda llevan tiempo haciéndolo. Sin ir más lejos, Lubos Michel ejerce ese cargo en el Shakhtar Donetsk. Cuando los resultados no acompañan necesitas a alguien que ponga sensatez. Un árbitro en esa tarea puede apagar muchos fuegos. No es para mediatizar, como se piensa.

Así, eso de los regalos o las chicas en los hoteles durante los partidos internacionales, ¿es todo mentira?

Es una leyenda urbana. Ya hace tiempo que al árbitro no le reciben los clubs, sino los comités arbitrales del país.

¿Es el Barça el mejor equipo que ha visto en estos 15 años?

Sin duda. Estás centrado en tu trabajo, pero disfrutas en el campo. Ves que juegan de tiralíneas. Hacen un fútbol precioso y eso es bueno para la Liga. Nadie regala nada y ahí están sus éxitos.

¿Qué le parece Guardiola?

Transmite tranquilidad y profesionalidad en el banquillo y es mesurado en sus declaraciones. Como jugador ya era una referencia, porque tenía esa educación que reclamo para la formación.

¿Se ve el Messi del arbitraje?

Es bonito estar ahí, pero lo mejor es que en quince años no he encontrado a nadie por la calle que me haya faltado al respeto.