España ya sólo está a un partido del pleno de victorias en la fase de clasificación para el Mundial, cuyo pase cerró hace un mes en Mérida frente a Estonia. Anoche en Armenia certificó sus mejores condiciones con un sistema que le va como anillo al dedo: cinco centrocampistas y un punta. En ausencia de Villa, Del Bosque pudo cuajar un equipo en el que Xavi y Cesc Fábregas hicieron diabluras. Entre los dos se comieron al rival. El centrocampista culé, que ofreció un recital de fútbol y que propició con un pase magistral el golazo de vaselina de Cesc, debía haber sido sustituido en la segunda parte según los planes trazados por el seleccionador, pero Del Bosque optó por mantenerle en el campo porque estaba a sus anchas, fabricando fútbol en cada toque y disfrutando.
El partido de anoche deja, además, otras lecturas. La primera es que España disfruta y juega más con cinco centrocampistas y un punta que con dos delanteros natos. Eso, independientemente de que Del Bosque empuje hacía las bandas a Cazorla y Mata (anoche) o a Villa y Silva. Parece que ese será el sistema del Mundial. Torres, que anoche puso voluntad, trabajo y todo el esfuerzo, pero sigue sin marcar en esta fase de clasificación para Suráfrica. De momento sólo está en ello, pero aún no termina de romper. Por supuesto que para eso, como explicó el debutante Negredo al final, "lo más importante es adaptarse rápido a la velocidad con la que los centrocampistas mueven el balón. Miras hacia atrás y no ves a los compañeros, sino a balas rojas que se mueven como centellas".
Dinámica.
Movimiento. Palabra mágica que Xavi domina con maestría que Cesc también maneja excelentemente cuando juega en su posición, la del Arsenal, más cerca de la portería. España es una Selección en movimiento, un equipo dinámico, que en noches como la de ayer, con el campo mojado por la lluvia, aún es más letal. Por suerte, en junio y julio es invierno en Suráfrica. La lluvia aparecerá durante el Mundial, y cuanto más rápido está el campo, mejor para la Selección, que juega al fútbol a la velocidad de Fernando Alonso.
También hay que celebrar el regreso de Iniesta. Volvía tras nueve meses de ausencia. No tuvo mucho tiempo, pero dejó un par de perlas en el campo. Un pase con el exterior a Negredo y un recorte magistral. Iniesta se llevó un golpe en la misma zona por la que se lesionó en la final de la Champions, pero él mismo aseguró que el miércoles estará contra Bosnia.
Comprobado que España juega más y mejor con cinco centrocampistas y un delantero, comprobado también que Xavi y Cesc no son incompatibles, sumado Negredo al grupo y recuperado Iniesta para la causa, sólo se echó en falta a Casillas, que le dejó el sitio a Reina. El portero del Liverpool encajó el primer gol de la historia de Armenia a España. No ayudó a evitar esa falta lateral que nos costó el gol por defenderla, mal, en la línea del área grande. Ese es el único lunar, además de la oportuna tarjeta de Puyol que le da pase pernocta para dejar la concentración junto con Güiza y Marchena, lesionados.
España, de récord: Nueve victorias
España logró su novena victoria consecutiva, lo que constituye un récord en una fase de clasificación. Alemania, en el camino al Mundial 82, ganó ocho partidos, igual que Holanda e Inglaterra en la actual fase de clasificación. La Roja tiene en 15 el récord absoluto de triunfos seguidos.
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