Robinho, el regalo de navidad para Guardiola.

No todo el mundo tiene la fortuna de contar en su vida con una segunda oportunidad para resarcirse de sus errores pasados. El Barcelona está dispuesto a darle esa oportunidad al brasileño Robinho para que pueda demostrar al Real Madrid la gran injusticia que se cometió con él. Sería, sin duda, una jugada maestra por parte de la entidad blaugrana, ya que Robinho vendría con unas ganas locas de recuperar su imagen en la Liga española y reivindicarse como un jugador excepcional, mientras que Laporta asimismo podría devolver en cierta forma al Madrid su intromisión en el fichaje de Ribéry y sus cantos de sirena hacia jugadores como Leo Messi y Andrés Iniesta.

El fichaje está ya muy adelantado. De hecho, nos consta que podría cerrarse definitivamente durante el Mundialito de clubes en Abu Dhabi, que se disputará a mediados de diciembre, donde se citarán Joan Laporta y el jeque árabe, Alaim Sulaim, propietario del Manchester City.

En principio, el Barcelona le planteará al club inglés una cesión hasta final de temporada con opción de compra. El club blaugrana se compromete a pagar la mitad de la ficha, que estaría entono a unos cuatro millones de euros limpios, aunque el club inglés podría intentar que el Barcelona abonara la totalidad de la ficha. Este podría ser uno de los obstáculos más importantes para cerrar definitivamente la operación.

Pep Guardiola ha dado personalmente la bendición a este fichaje, que llegaría en el mes de enero, con el fin de apretar un poco las tuercas al francés Thierry Henry, que a día de hoy no tiene un recambio natural en la banda izquierda. Iniesta y Pedro son los jugadores que han tenido que jugar como extremos izquierdos improvisados cuando el delantero francés se ha ausentado. No hay que olvidar que este verano el club intentó lo indecible para satisfacer las necesidades del técnico para reforzar la banda izquierda contratando al ‘crack’ del Bayern de Munich, el francés Franck Ribéry, pero finalmente esa operación se frustró por culpa de las maniobras del presidente blanco, Florentino Pérez.

Y si para el Barcelona se trataría de una operación más que interesante, para el Manchester City también sería también un buen negocio, ya que Robinho está manteniendo un pulso abierto con su entrenador, el ex blaugrana Mark Hughes, de imprevisibles consecuencias. De hecho, el propio jugador ha reconocido a sus círculos más cercanos que su deseo sería abandonar el club inglés en invierno aprovechando la abertura del mercado y que la oferta del Barcelona es la que más le apetece entre todas las que cuenta, aunque se trata en un principio de una cesión de seis meses.

Uno de los hombres claves para llevar a buen puerto la cesión sería el ojeador y actual responsable de la oficina de atención al jugador, Pepe Costa, quien desde hace muchos años mantiene una relación estrecha con varios jugadores brasileños de la selección y al que le une una buena amistad con el delantero del Manchester City.

Hay que recordar que Robinho se encuentra lesionado en su tobillo derecho y que su rendimiento esta temporada en el club inglés está siendo más que decepcionante. De hecho, el atacante sólo ha disputado tres partidos oficiales. Esta situación invita asimismo a pensar que el club inglés vería con buenos ojos la posibilidad de quitárselo de encima.

En todo caso, si finalmente se frustra la operación de Robinho, el Barcelona tiene a dos hombres más en cartera: el extremo del Shakthar Donetsk, William, o el del Valencia, Juanma Mata.