El Real Madrid sigue sin poder añadir la Supercopa ACB a sus vitrinas. El Barcelona recuperó un título que en años anteriores había sido propiedad del Baskonia tras una final memorable entre dos equipos magníficos que prometen una temporada de emociones fuertes. Lorbek y Navarro, los mejores del equipo de Xavi Pascual.
Fue una final maravillosa, impropia en el mejor sentido de la palabra de un momento tan prematuro de la temporada. Un choque de colosos con sabor a tragedia clásica, a épica, a batalla dirimida en todos los flancos por tierra, mar y aire. Con sabor a baloncesto. Ganó el Barcelona y lo hizo en un partido tremendo resuelto por detalles y lleno de apuntes escritos en el aire. Con esta victoria el Barça recupera un cetro que ganó en 2004 precisamente al Real Madrid, que sigue sin añadir este esquivo título en su palmarés.
El Caja Laboral, hasta ahora gobernador de este torneo y a priori principal alternativa a lo que puede ser una liga bicéfala, habrá tomado apuntes de lo visto en el Centro Insular de Las Palmas. Se le concede a los de Ivanovic una moratoria y se le perdona su imagen de semifinales por la plaga de bajas que le impidió llegar con una planta reconocible. Pero muy bien y con mucho tino deberá cuajar la renovada plantilla baskonista para hacer frente a este Barcelona y a este Real Madrid. Los azulgranas, una versión aún más profunda y espléndida del equipo que ganó la última ACB; los blancos, un escuadrón rearmado en el banquillo y en el campo y dispuesto para competir hasta el último segundo en todos los frentes y ante todos los rivales. El Real Madrid ha vuelto, el Barcelona sigue ahí. Veremos donde quedan los demás.
Si en la Supercopa de 2004 el Barça ganó por los pelos y vía prórroga, esta vez el drama no fue menor ni la resolución más holgada. El final fue impropio de toda la calidad que había emanado hasta entonces de la cancha, pero habrá que culpar a la tensión, al cansancio, al hambre. Después de un viaje apasionante lleno de virajes y cambios de sentido, se llegó a los últimos tres minutos y medio con 80-80. Durante dos minutos el balón quemó, los tiros se salieron, las defensas abrasaron a los ataques y nadie anotó. Entonces Lorbek sacó a relucir su categoría y anotó los cuatro puntos decisivos. El Madrid buscó la réplica con Reyes y el Barcelona ganó en un carrusel final de fallos: Con 84-82, Navarro estropeó su inmaculada hoja de servicio con dos tiros libres fallados. El Real Madrid, moribundo, se encontró con un balón para empatar o ganar y lo perdió en un ataque confuso que terminó con Mickeal machacando el aro blanco y cerrando la final (86-82).
Exhibición de Navarro, reacción blanca
La película del partido dejó muchos fotogramas, imágenes fijas absolutamente rutilantes más allá de unas cifras que harían sospechar un triunfo más claro de un Barcelona que sometió el rebote (15 ofensivos para un 34-29), bombardeó desde la línea de tres (9/17) y repartió más asistencias (19-10). Pero perdió más balones y estuvo a punto de desangrarse en la línea de tiros libres (11/21) ante un Real Madrid más efectivo en ese apartado (19/22) y muy aplicado en defensa en algunas fases.
La película del partido dejó muchos fotogramas, imágenes fijas absolutamente rutilantes más allá de unas cifras que harían sospechar un triunfo más claro de un Barcelona que sometió a su antojo el rebote (34-29, 15 ofensivos de los azulgrana), bombardeó desde la línea de tres (9/17) y repartió más asistencias (19-10). Pero perdió más balones y estuvo a punto de desangrarse en la línea de tiros libres (11/21) ante un Real Madrid más efectivo en ese apartado (19/22) y muy aplicado en defensa en algunas fases.
Más allá de los datos el Barcelona pareció más profundo en el tramo final y sacó provecho de la falta de centímetros del Real Madrid, ausentes Lavrinovic y Van den Spiegel, sin minutos Samb. Navarro dio un curso de jugar el pick and roll con Ndong y destrozó de salida al Real Madrid: 14 puntos en el primer cuarto y 22 en total con 6 seguidos y decisivos en el último cuarto. Al final 22+5 asistencias, 25 de valoración y 5/7 en triples. Estelar a pesar de que Messina le minimizó durante muchos minutos. Lorbek terminó con 12 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias y apareció para decantar el partido para un equipo con una calidad descomunal: Ndong, Mickeal, los rebotes de un Morris no muy inspirado ante el aro, detalles de Rubio y un trabajo devastador de Sada.
El Real Madrid, por su parte, remó a contracorriente primero, se adaptó después, asfixió al Barcelona y terminó ahogado en la orilla. Le faltaron centímetros y no fue efectivo en las jugadas decisivas, pero enseñó la clase de Velickovic, el esfuerzo titánico de Felipe y la aportación de Hansen, Kaukenas, Prigioni y sobre todo Garbajosa. El argentino sufrió ante las piernas jóvenes de Sada y Ricky pero fue clave, hasta la pérdida final, en los mejores minutos del Madrid: triples, asistencias, robos y hasta un alley-oop mal lanzado que se metió en el aro de rebote. El de Torrejón anotó 17 puntos y respondió con triples y reversos marca de la casa a un choque de tanta exigencia, todo músculo y centímetros en la zona.
Al final ganó el Barça en un partido que cerró un título y abrió la puerta a todos los demás, a más choques titánicos que amenazan con resonar espléndidos en ecosistema del baloncesto español. Ganó el Barça y Navarro fue MVP. Como tantas veces aunque esta vez sí hay nuevas noticias bajo el sol: el Real Madrid está listo para recuperar el terreno perdido y plantar cara a un Barça que se muestra gigantesco a pesar de la pérdida de Ilyasova y Andersen. Crédito una vez más, todo el del mundo, para Chichi Creus.
Es 3 de octubre. El Barcelona es campeón de la Supercopa. Ha comenzado una temporada apasionante.
Barcelona 86
Real Madrid 82
- Spoiler:
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