Fernando Torres se define como un chico "muy casero" al que nada más recalar en Anfield le aterrorizaba la idea de "mantener una conversación telefónica en inglés".
El delantero del Liverpool revela secretos de su día a día durante sus dos años en Inglaterra en el libro 'Torres. El Niño. My Story', que publica por capítulos el tabloide británico 'Daily Mirror'.
El ex del Atlético confiesa que uno de los "mayores problemas" a los que tuvo que enfrentarse nada más llegar a Merseyside fue "el idioma" y cuenta anécdotas divertidas al respecto: "Mi inglés se limitaba a las clases que me habían dado en el colegio de Fuenlabrada. Te crees que sabes un poquito para poder defenderte pero en cuanto llegas a Inglaterra te das cuenta muy pronto de que no tienes ni idea.
El internacional español dice que durante sus primeras semanas resultaron "vitales" en su vida dos personas: Rob y Alan, los profesores de inglés que le asignó el Liverpool para que aprendiera la lengua.
El jugador indica que se sometió a una rutina en la que incluyó ver películas subtituladas y comenta que una noche incluso se atrevió a "encargar comida por teléfono". "Me aterrorizaba la idea de tener que mantener una conversación telefónica", confiesa
En cuanto a su vida privada, Torres se define como un chico "muy casero" y asegura que es allí, en su domicilio, donde se encuentra "más cómodo y más relajado".
"Uno de mis momentos favoritos del día, cuando los partidos lo permiten, es la hora de llegar a casa por las tardes y estar con mi mujer, Olalla, y con mis dos perros", explica el delantero, al que también le gusta disfrutar de su tiempo libre "con juegos de mesa con amigos y familia".
El jugador 'red admite que aún no ha experimentado "la noche de Liverpool"; cuenta que le llama la atención "lo poco abrigada que va la gente pese a las temperaturas congeladas" y señala que ha descubierto un nuevo 'hobby' montando muebles para su casa.
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