Las estrellas que rascan las agujas de Manhattan se van alineando en constelación favorable a Rafael Nadal. Las estrellas y la confianza del señor Nadal. Ante Monfils, las espuelas de Nadal brillaron como durante su estampida al frente de la ATP. Y el juego, también. Yo creo en jugar bien. El credo de Nadal.
Él puso su parte ante Monfils, que se desgastó para ganar un primer set intenso y pronto se despeñó en un abismo de 63 errores no forzados: aunque Nadal y su revés cortado sí forzaron algunas cosas. Durante hora y media, Monfils fue algo parecido a un buen tenista. Cuando Nadal enseñó los dientes (Rafa siempre está ahí, filosofa Almagro), Monfils fue algo parecido a un buen clown.
Servicio.
El Nadal-Monfils expiró como partido en el tramo final del segundo set, cuando Nadal (que sacó a 192 km/h) ya medía y leía el servicio del francés. Tras sendas roturas de servicio por parte y parte, servía Monfils, con 4-3 para Nadal. En 30-15. Monfils lanza un asalto de palos y remates que le vuelven sistemáticamente, milagrosamente. Tras seis tiros de gran calibre, Monfils ya no sabe qué hacer con el rally y se dispara al pie en la red. El francés aullaba. Y Nadal le metía el bisturí, en un parcial de 9-1: segundo set, 6-3. Tercer set, 6-1. De Monfils, a esas alturas ya sólo quedaba una sombra chinesca, una polilla achicharrada por los focos de la Ashe.
Y las estrellas que miraban a Nadal guiaron a González para someter a Tsonga, enloquecido. Antes, Cilic había torturado a Murray. Hoy, Nadal, número dos virtual, se encuentra a Fernando González, al que ha ganado las cinco últimas veces, en tierra, en moqueta, en Roma y en Pekín. Tras González está la semifinal. Tras la semifinal
Rafa Nadal
Estoy fresco como una rosa, aunque, por otra parte, falta algo de ritmo de competición. El año pasado llegué aquí destruido. Lo ideal es el término medio. Yo creo que esto consiste en jugar bien. Este de Monfils ha sido mi mejor partido en Nueva York, un paso más en confianza. Hoy soy número dos, pero eso no me importa.
Djokovic apea a Verdasco en cuatro mangas
Fernando Verdasco se despidió del US Open en cuartos de final, ante Novak Djokovic. El serbio se impuso al madrileño por 7-6, 1-6, 7-5, 6-2, en tres horas y cinco minutos. En el primer set, Verdasco tuvo dos sets points, con 5-4 y 15-40 ante el servicio de Djokovic. El saque salvó a Djokovic. Verdasco jugó un gran segundo set, pero los momentos decisivos de la crucial tercera manga cayeron para el balcánico.
Verdasco cerró el primer juego del cuarto set con un ace vertiginoso, a 142 millas por hora, exactamente 228,5 km/h: tercer servicio más rápido el torneo, sólo superado por Taylor Dent y Andy Roddick. Pero el juego del madrileño se fue descomponiendo poco a poco ante un seguro Djokovic. El serbio logró un break decisivo en el tercer juego y hará semifinales ante Federer o Söderling.
Wickmayer, sorprendente
Kim Clijsters, reaparecida tras ser madre, y Serena Williams conforman la primera semifinal femenina. En la segunda, la belga de 20 años y 50 del mundo Yanina Wickmayer esperaba a la vencedora del Wozniacki-Oudin.
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