Las orejas de burro con las que el gran Valentino Rossi subió como vencedor al podio de MotoGP son, en realidad, lo menos parecido a lo que él representa, pero el italiano entiende la vida como pura diversión. En eso también acertó el octacampeón, porque resultó divertido. Antes había dejado muy claro que él no es un burro, por mucho que se sintiera así por su fallo de Indianápolis, hasta el punto de cambiar su clásico 'The Doctor' por 'The Donkey' (el asno, el de la película Shrek concretamente).
Un burro no habría gestionado la presión de correr en casa como él lo hizo durante el fin de semana en Misano, liderando la clasificación cada vez que salía a la pista hasta sumar la sexta victoria del año, el doble de las que lleva un Lorenzo al que le impide así depender de sí mismo para el título.
El español acabó segundo, por lo que se quedó a treinta puntos del liderato y puede dar gracias a quien corresponda de que no sean muchos más. Otra salida regular le hizo perder posiciones y en la segunda curva casi se convirtió en la cuarta víctima de una caída múltiple provocada por De Angelis.
El alocado sanmarinense se cayó y tocó con su moto la de Edwards que, a su vez, impactó con la parte trasera de la de Lorenzo. La Yamaha 99 aguantó en pie de milagro, pero el que no tuvo tanta suerte fue Hayden, derribado en el arrastrón de su compatriota.
Sin tiempo para pensar en ello, el mallorquín tiró para seguir la estela del trío de cabeza que formaban Pedrosa, Elías y Rossi. Dani salió con la habilidad que le caracteriza y Toni poseído por el hambre de gloria que lleva dentro. Los dos catalanes se pasaron y repasaron varias veces, pero siempre con adelantamientos incompletos del manresano. Tras ellos, Jorge logró pasar a Valentino a final de recta y se vivió durante tres vueltas un momento mágico nunca visto antes: tres españoles copando las plazas de podio en la clase reina.
Nos hizo despertar del sueño el único que podía hacerlo y el mismo que, a la postre, impediría el triplete español en el gran premio, porque a MotoGP le precedieron los triunfos de Simón (125cc) y Barberá (250cc). Rossi adelantó a Lorenzo en el mismo punto en el que le había superado a él y en la misma vuelta, a Elías. Para deshacerse de Pedrosa tardó tres e, inmediatamente, puso tierra de por medio entre él y su perseguidor, que acabaría cerrando el podio, sin gasolina en la vuelta de honor y llevado hasta boxes por Elías tras hacer autostop.
Lorenzo, en cambio, sufrió más para pasar a sus compatriotas y, cuando se puso segundo, el italiano ya le sacaba 1,4. Pedrosa le taponó, pero sin ello tampoco podría haber aguantado mucho más a su compañero de box. Rossi fue más fuerte que los demás, sin que le afectara lo más mínimo verse obligado a ganar.
Hubiera sido una gran decepción verse batido por Lorenzo en casa y por segunda carrera seguida. También habría apretado la pelea por el título y, seguro, le hubiera dejado sumido en un mar de dudas durante el parón hasta el 4 de octubre, en Portugal. Así de caprichoso es este calendario, sin recambio a la baja de Hungría, algo que no pasará en 2010 porque para eso estará Motorland de Aragón.
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