Ribéry acusa al entrenador de oprimir al Bayern
Se repetía la tónica sin alteración alguna. El Bayern jugaba rematadamente mal, Franck Ribéry calentaba en la banda y, tras salir al campo, revolucionaba el partido.
Sus actuaciones, sin embargo, no le alcanzaban para voltear el resultado, con lo que el técnico, Louis van Gaal, se contentaba con el empate.
Hasta la semana pasada, cuando debutó Arjen Robben y la pareja, tan eléctrica como certera, dio una paliza al Wolfsburgo (3-0), actual campeón. Primera victoria en cuatro partidos.
Para el Bayern, Van Gaal es el entrenador idóneo. "Debe recuperar la fortaleza mental del equipo y la seriedad", argumentó el director deportivo, Uli Hoeness, que criticó al anterior técnico, Jürgen Klinsmann, por ser demasiado moderno.
El Bayern impuso la mano férrea de Van Gaal para recuperar la filosofía germana, la del orden táctico y el juego físico. Algo que choca con Ribéry, alegre dentro y fuera del campo y perjudicado deportivamente por coquetear con el Madrid e incluso simular lesiones para forzar el traspaso. Así lo aclaró en dos entrevistas en L'Equipe y France Football. "Es la primera vez que el contacto con el entrenador no es positivo. No tenemos feeling", reveló.
Ribéry es un gamberro simpático. Cambia los zapatos de sitio, tira sal en los vasos de agua, corta los dedos de los calcetines... "Debo adaptarme a ciertos aspectos. Pero Van Gaal también. Necesito bromear, sentirme libre y respirar.
Y ése no es el caso. El equipo no está liberado. Más bien, está demasiado oprimido para soltarse y eso se expresa en el terreno de juego". Y remató: "Es un técnico muy duro y exigente. Es serio y apenas bromea. La relación es tensa".
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