El Villarreal dejó casi sentenciada la eliminatoria para jugar la Europa League esta temporada tras vencer por un gol a tres al NAC Breda en Holanda. Los de Valverde fueron superiores a lo largo del choque a pesar de sufrir en la primera mitad el empuje y agresividad de los locales.
Los primeros cuarenta y cinco minutos estuvieron marcados por la incesante lluvia, que hizo que el conjunto amarillo no se encontrara cómodo en el terreno de juego. Los numerosos charcos impidieron un juego vistoso por parte de los de Valverde, que se vieron obligados a practicar un fútbol más directo.
Esto supuso que el conjunto español jugara a ráfagas yque los locales aprovecharan los errores en la entrega, para crear peligro a la contra y a balón parado, con un fútbol más físico y directo.
A pesar de no estar cómodos fueron los castellonenses los que con calidad se adelantaron al cuarto de hora en el marcador, gracias a una rápida jugada de Nilmar y Rossi, que supo definir muy bien el italiano desde la frontal del área con un certero disparo.
Un gol que podía darle la tranquilidad al equipo español, de no ser que en la siguiente jugada llegara la igualada de Loran, al rematar por dos veces un centro desde la derecha en el interior del área.
Este gol rompió el partido y ni un equipo ni otro lograron controlar la posesión clara del balón, lo que propicio un intercambio de golpes en el que se contabilizaron dos ocasiones muy claras para el Villarreal a disparos de Senna y Cazorla, por varios centros de los holandeses y un disparo de Schilder que pusieron el peligro para el Nac.
Los segundos cuarenta y cinco minutos comenzaron con un gol de listo a los tres minutos de Ibagaza, que sacó una falta cuando los holandeses colocaban la barrera sin que el jugador argentino la hubiera pedido.
El tanto tranquilizó los ánimos y mantuvo una tregua en las hostilidades en ambas porterías, ya que el Villarreal escondió la pelota y pudo vivir con mayor tranquilidad el resto del encuentro.
Con la posesión de la pelota y el juego control de los de Valverde hizo que los holandeses ya no encontraban errores con los que sorprender a la contra. El Villarreal manejó así siempre el juego y se limitó a no complicarse la vida y dejar pasar el tiempo esperando alguna opción para sentenciar.
Así fueron transcurriendo los minutos hasta los instantes finales donde tan solo lo ajustado del resultado puso la emoción en la recta final. Una recta final en la que Llorente aprovechó una de las salidas a la contra de su equipo ajustando un balón con la cabeza cerca del palo derecho de la portería del Ten Rowelaar, lo que sentenciaba el encuentro y casi la eliminatoria.
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