En un tiempo en el que estamos acostumbrados a continuos enfrentamientos en la Fórmula 1, lo ocurrido en la vista que levantó la imposibilidad de correr a Renault en Valencia sorprende gratamente. La escudería francesa presentó ante el tribunal de París cuatro cartas enviadas por ese número de equipos, donde pedían la anulación de la sanción por parte de la FIA, al no haber existido mala intención en lo sucedido en el GP de Hungría.
Ferrari, McLaren, Red Bull y Toyota respaldaron con sus misivas a la escudería de Fernando Alonso y esto, aunque según la FIA no fue determinante, sirvió como clara demostración de que la decisión de los comisarios húngaros era desproporcionada y que había influido el reciente suceso trágico de la muerte de Henry Surtees y el enorme susto protagonizado por Felipe Massa.
"La Corte de Apelación tomó nota de las cartas de apoyo que Renault ha recibido de Red Bull, McLaren, Ferrari y Toyota, las cuales fueron presentadas a este tribunal. La FIA advierte que debían ser tenidas en cuenta únicamente como testimonios de apoyo, pero que el tribunal consideró que habría sido equivocado ignorar las opiniones de los otros equipos. Recalcamos en la decisión tomada que siempre es necesario prestar atención a los peligros potenciales que surgieron de la situación, como trágicos hechos han probado recientemente", relata la FIA en sus conclusiones.
Al mismo tiempo, el fallo del tribunal apunta las razones para anular la decisión y sustituirla por la sanción económica: "No hubo irregularidades conscientes por parte de nadie. Hubo errores en las acciones de Renault, pero todas fueron tomadas de buena fe. Merecen una sanción por no ser suficientes los procedimientos de comunicación".
El responsable del error fue Gavin Hudson
Que la FIA haga públicas las conclusiones de la vista del Corte de Apelación permite conocer todos sus detalles, pero a la vez ha sacado del anonimato a los responsables del error del GP de Hungría. En la exposición de los argumentos de las partes, se relata cómo los dos mecánicos encargados de la rueda delantera derecha, Gavin Morgan y Andy Band, no tenían la potestad necesaria para evitar que el monoplaza de Fernando Alonso abandonara los boxes y volviera a la pista de Hungaroring.
Tal decisión recae exclusivamente en Gavin Hudson, jefe de mecánicos del equipo de carreras, que según se desprende de las conclusiones del tribunal es el responsable del fallo al no evitar que el asturiano regresara a la carrera sin tener la tuerca de la rueda bien apretada.
Al parecer, Morgan sí informó a Hudson del problema, pero éste no reaccionó a tiempo y cuando quiso avisar a Alonso ya era tarde, pues el propio piloto ya era consciente de la irregularidad y en este dato radica, precisamente, el fundamento de la multa de 35.526 euros impuesta finalmente a Renault. "Los procedimientos de comunicación fueron insuficientes" concluyó el tribunal reunido en París, que recalcó y añadió que el único responsable es el propio Gavin Hudson, del que apunta: "No fue consciente del peligro que suponía su acción". De este modo, el ingeniero ha sido tachado como culpable de lo sucedido y de haber puesto en peligro al resto de pilotos. Eso sí, exonerando a la propia escudería.
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