La Real Sociedad se impuso a un Tenerife muy verde pese a la cercanía del comienzo de la temporada oficial, y se adjudicó la trigésima novena edición del Trofeo Teide.
El equipo 'txuri urdin' mostró más empaque que el conjunto chicharrero, que a la espera de un puñado de refuerzos para afrontar el reencuentro con la Primera División además actuó con un once plagado de teóricos suplentes y de canteranos que nunca fueron capaces de adueñarse de la situación.
Y eso que en los primeros compases se registraron dos oportunidades claras para los de José Luis Oltra, primero a la salida de un córner que culminó en un remate de Ángel que se estrelló en el palo tras pasar por una maraña de piernas.
Poco después, el canterano Airam se fabricó él solo una buena ocasión con un remate malintencionado que obligó a Bravo a emplearse a fondo para conjurar el peligro.
La Real Sociedad fue creciendo con el paso de los minutos a partir de varios contragolpes que le metieron el miedo en el cuerpo a los locales, demasiado imprecisos en la faceta defensiva.
El centro del campo de los canarios se diluyó por completo y así la iniciativa correspondió a los pupilos de Martín Lasarte, quienes llegaron con asiduidad a las inmediaciones del área local, sobre todo por las bandas.
A balón parado
El recurso más a mano que tuvieron los canarios para generar peligro fueron las jugadas a balón parado y así, cerca de la media hora, Culebras rozó el gol con un remate tras saque de esquina que salió a escasos centímetros del marco visitante.
Poco antes del descanso se registró el segundo balón a la madera de los tinerfeños en un libre directo ejecutado por Kome y a renglón seguido la Real pudo marcar por mediación de De la Bella, quien encaró solo a Aragoneses pero algo forzado no pudo dirigir su disparo entre los tres palos.
Nada cambió tras el paso por vestuarios salvo que esta vez el dominio territorial de la Real se plasmó en el marcador gracias al tanto de Jonathan Estrada en el minuto 52.
El desconcierto se apropió de los locales, que pudieron encajar un nuevo golpe en sendas contras en las que Bergara y De la Bella eligieron la peor opción.
Oltra no esperó más y comenzó a mover el banquillo en busca de soluciones. La primera fue la incorporación de Román Martínez y tuvo efectos inmediatos en el juego del Tenerife, ya que rescató el balón y vivió más cerca de los dominios del chileno Claudio Bravo.
Se invirtieron las tornas porque la Real pudo marcar en un libre directo ejecutado por Jonathan Estrada que dio en los dos postes de la meta defendida por Aragoneses, pero en líneas generales el control de la situación correspondió claramente a los tinerfeños.
En la recta final los isleños buscaron con descaro el empate pero no pudieron hincarle el diente a una Real Sociedad que supo sufrir para defender la mínima renta y llevarse su primer Trofeo Teide.
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