El contencioso judicial que la ACB mantiene contra el nuevo modelo de Euroliga tiene claves, sobre todo, económicas. Una situación que se planteó en el fútbol y nunca se llevó a cabo.
La base de la demanda de la ACB contra el modelo semicerrado de la Euroliga se basa en la defensa de la competencia y tiene, además de connotaciones deportivas, una base puramente económica.
La demanda, que ha sido presentada ante el Tribunal Arbitral de Suiza (TAS) por el prestigioso bufete Garrigues, defiende que 13 equipos, los que tendrían plaza segura según el nuevo modelo,tienen una serie de privilegios que adulteran la competición y no dejan al resto competir en igualdad. La ACB argumenta que esos equipos tendrían una posición económica privilegiada a la hora de contratar jugadores, obtener patrocinadores y demás recursos, lo que acabaría con la paridad. La Liga española defiende una Euroliga muy aprecida al actual modelo de la Champions League de fútbol.
La ACB argumenta que los fijos tendrían una posición privilegiada para contratar jugadores u obtener patrocinadores
Esta pelea tiene un antecedente, precisamente, en el fútbol: cuando el G-14 pretendió hacer algo parecido en el fútbol con la Champions League. Entonces, se planteó la posibilidad de manera informal a la Dirección General de la Competencia, y tras recibir respuesta, se abandonó la idea de una Champions cerrada.
¿Cuándo se sabrá qué ocurre?
Los plazos para ver cómo se resuelve este asunto pueden distar mucho. Según fuentes consultadas por MARCA.com, en el mejor de los casos habrá una resolución antes de que comience esta temporada, y en el peor, a finales de la próxima campaña.
Cuándo se decida, si es en estos plazos, tiene poca importancia deportiva: los equipos que se han metido en la Euroliga 09/10 son prácticamente los mismos que se hubieran clasificado con el modelo anterior, excepto el Le Mans (al que se ha invitado) y el Maroussi griego.
Sin embargo, en lo económico sí puede ser vital. Y es que tener una plaza fija en la Euroliga formaría parte del patrimonio de los clubes, que podrían utilizarla para hacer operaciones económicas, al estilo de lo que hacen los clubes ACB con el canon o con el valor de su plaza en la Liga. De dejar de existir esas plazas fijas si los tribunales dan la razón a la ACB, ese patrimonio desaparecería de los clubes.
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