Si Villa no da la cara, el elegido es Diego Forlán

La silueta de David Villa se difumina en el horizonte blaugrana. El Valencia no está dispuesto a dejar marchar a su delantero más preciado, a menos que desde el Camp Nou pronuncien la combinación que abra esa caja fuerte: 55, los millones de euros que Manuel Llorente aceptaría como una oferta escandalosa.

Incapaz de pagar ese dinero por un solo jugador, cuando le quedan al menos tres puestos más por reforzar (el lateral izquierdo, el eje defensivo y un centrocampista de contención y largo recorrido), el Barça empieza a olvidarse de Villa, salvo que éste dé un paso decidido y diga que se quiere marchar al Barcelona, para regresar al Plan A: Diego Forlán.

No será tarea fácil reclutar al uruguayo. El Atlético no tiene previsto desprenderse de su goleador (Pichichi y Bota de Oro, con 32 tantos), e incluso se plantea apuntalar su estancia en el Calderón con un contrato mejorado que podría empezar a negociarse en breve. Lo ha puesto más complicado, si cabe, el presidente del Barça, Joan Laporta, que con ocasión del sorteo del calendario de Liga, la semana pasada, declaró públicamente que había adquirido un compromiso con su homólogo rojiblanco, Enrique Cerezo: no pagará la cláusula de rescisión del contrato de Forlán, cifrada en 36 millones de euros.

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