En estos momentos, Ricky Rubio sigue en Nueva York negociando una salida a su futuro. Lo tiene claro: no jugará en Minnesota (dejó señales inequívocas la noche del 'Draft', como cuando le preguntaron por sus preferencias y, mientras loaba a Oklahoma o Sacramento, de Minnesota sólo dijo que hacía "mucho frío") y trabaja para irse. ¿Dónde? Ésa es la cuestión.
Según fuentes cercanas al jugador y a la NBA, Minnesota ya sabía que Ricky no jugaría allí cuando lo eligió. El hecho de haber caído al número cinco facultó a los Wolves para escoger a un jugador con un gran valor en el mercado, con el que hacer un 'sign and trade' (firmar y traspasar) con otro equipo para obtener a un jugador veterano. Con esta opción, el jugador catalán tendrá mucho que decir sobre su futuro.
El escenario ideal, y MARCA.com puede confirmar que se está negociando, es hacer un traspaso a Nueva York. David Lee y Nate Robinson (ambos acaban contrato, pero también estaríamos hablando de una situación de 'sign and trade') parecen las monedas de cambio más probables. Los Wolves se han cubierto las espaldas en el puesto de base con la elección de Jonny Flynn en el seis, así que un 'uno' no es su prioridad. Las declaraciones de su 'general manager' David Kahn, en las que decía que su interés es hacer jugar juntos a Flynn y a Ricky, no son más que estrategias de mercado. No tienen ningún sentido baloncestísticamente hablando.
Una muestra más del divorcio de Ricky con Minnesota es que el español no estará en la tradicional rueda de prensa que las elecciones del 'Draft' dan en la ciudad de origen de la franquicia. Sí estarán allí Jonny Flynn y Wayne Ellington, las otras dos primeras rondas de los Wolves, pero no Ricky. Sintomático.
¿Por qué al cinco?
Ricky, como él mismo declaró, estaba muy ilusionado con ir a Sacramento. Fue la única franquicia a la que visitó y con la que hizo un suave 'workout'. ¿Por qué no fue allí? En primer lugar, algunas fuentes apuntan a que su entreno (individual, sin compañeros) no fue del todo satisfactorio, y consideraron una opción de riesgo su elección.
Primero, por su inestabilidad financiera: nadie sabe qué pasará con su cláusula, y durante la tarde anterior al 'Draft' varios abogados estadounidenses, en representación de diferentes franquicias, consultaron a abogados españoles expertos en derecho deportivo sobre una posible responsabilidad civil subsidiaria de los clubes NBA en un hipotético pleito entre el jugador y la Penya.
Y segundo, porque su 'general manager', el veterano Geoff Petrie (14 temporadas en el cargo), acaba contrato esta campaña. Un tipo que acaba de hacer un fichaje de riesgo con el entrenador Paul Westphal no podía permitirse que su número cuatro no fuera a la NBA el año siguiente, o diera problemas económicos, o... Se jugaba su puesto de trabajo y había demasiados riesgos. Y a Ricky le hicieron 'la pascua'.
Objetivo NBA
Ahora mismo, aunque Ricky y su entorno hayan hablado de volver a Europa (una opción evidente, y ahí entrará su situación con la Penya, los esfuerzos que quieran hacer por él los grandes clubes europeos...), la realidad es que su primer objetivo sigue siendo jugar el año que viene en la NBA. Y todos sus esfuerzos de su agente Dan Fegan se centran en Nueva York.
Su sueldo, un neto aproximado de 2.200.000 euros por los dos años garantizados, es insuficiente para pagar una cláusula de 4,7 millones de euros que, no lo olvidemos, el 1 de julio pasa a ser de 6 millones. Según ha confirmado a MARCA.com el propio padre del jugador, Esteve, el acuerdo con el DKV Joventut es una posibilidad más que factible, y las posturas están más cerca. ¿Hasta dónde bajaría la Penya? Ésa es la cuestión, pero parece poco probable que esté por debajo de los cuatro millones. Una fuente muy bien informada cifra su deuda con Hacienda en seis millones.
Muchas cosas por cerrar: conseguir el pase a Nueva York, reducir la cláusula, hacer que todo cuadre... Y el límite es el 30 de junio, cuando su cáusula se convierte en (más) prohibitiva. Seguiremos teniendo 'culebrón Ricky', al menos durante unos días.
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Marca.com
