Sus piernas hicieron furor en el circuito tanto como su golpe de derecha, el más estético del tenis femenino. A sus 40 años recién cumplidos el pasado 14 de junio, Steffi Graf volvió a una pista de tenis para entregar la Copa de Roland Garros a Svetlana Kuznetsova.
Se cumple el décimo aniversario de su último título de 'Grand Slam' en la tierra de Roland Garros. ¿Le trajo muchos recuerdos sentarse en primera línea de la Philippe Chatrier durante la final femenina entre Dinara Safina y Svetlana Kuznetsova?
Claro que sentí nostalgia de mi etapa como jugadora porque fueron 17 temporadas como profesional. Pero el pasado es pasado y ahora tengo otra vida muy distinta, más tranquila y alejada del deporte de la raqueta.
¿Qué recuerda de aquel memorable partido con Martina Hingis en el que tuvo que remontar un set de desventaja?
Aún siento que me duelen las piernas. Llegué a la final muy cansada porque arrastraba una lesión muscular. Los médicos incluso me dijeron que no podría jugar en París. Plantarme delante de Hingis ya fue un premio para mí. Lo que pasó después, dando la vuelta al marcador adverso, ya forma parte de mi particular historia.
No se la había visto en un torneo desde que se retiró en 1999. ¿Por qué?
Me sentía cansada de tanto viaje. Sabía que una vez fuera de la competición, querría estar relajada y ser una simple madre de familia. Mi mayor título hoy es ver jugar a Jaden Gil al beisbol con su padre los fines de semana. La verdad es que no había vuelto a un torneo desde que colgué la raqueta.
Usted y Andre Agassi forman la pareja más célebre del tenis mundial. ¿Recuerda cómo se conocieron?
Bueno, es algo que no se puede olvidar. Habíamos coincidido 1.000 veces en torneos pero nunca hablamos hasta que compartimos pista de entrenamiento en Miami, precisamente hace diez años. Coincidimos otra vez en Roland Garros y allí empezó todo hasta hoy.
¿Qué es lo que más ha cambiado de su época en la WTA a la actual?
Hay más jugadoras que optan a los grandes trofeos y la pelota va mucho más rápida. Se nota que están muy fuertes y que cuidan al máximo el aspecto físico.
Pueden pegar muy duro... ¿pero ha encontrado una derecha como la suya?
(Risas) De momento no, aunque es difícil de comparar para mí porque sigo el circuito desde la distancia por la televisión.
¿Le gustó el juego que vio en París entre Kuznetsova y Safina?
Lo pasé bastante mal porque Dinara no paró de sufrir durante todo el partido y yo me ponía en su piel. Tuvo siempre los hombros muy altos y eso es una mala señal.
¿Usted vivió alguna situación parecida?
Muchas veces. Nadie se escapa de la presión en un momento determinado. En mi caso, intentaba aislarme y pensar en cosas que me producían placer como estar de vacaciones tumbada en la playa. A veces funcionaba y otras veces no.
España jugará los cuartos de la Copa Davis ante Alemania como clara favorita. ¿Qué le pasa a su país que no saca jugadores después de la época dorada de Graf y Boris Becker?
Estoy demasiado lejos para saber cómo trabaja la federación actual. Tengo contacto con varios técnicos pero no hay una explicación clara, aunque sí que me resulta un poco decepcionante la situación después de los éxitos cosechados a finales de los ochenta y los noventa.
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