La relación entre el Racing y Juan Ramón López Muñiz es ya irrecuperable. Mantienen vivo su vínculo contractual pero únicamente porque las conversaciones se han envenenado tanto que parecen incapaces de seguir dialogando. Apenas 35.000 euros separan a ambas partes (de los 215.000 netos que ofrece el club a los 240.000 que piden los representantes del gijonés); sin embargo, hay un muro de desconfianza que, ahora mismo, ha roto las negociaciones y pone en peligro tanto el contrato de Muñiz con el Málaga como el del Racing con Zaccheroni.
Es, básicamente, la palabra del uno contra la del otro. Primero, en una reunión el pasado viernes en el Hotel Real, Pernía y Joseba Díaz, agente de Muñiz, creyeron llegar a un principio de acuerdo. Sin embargo, cuando el lunes se juntaron los abogados para ponerlo por escrito, resultó que cada parte había entendido una cosa diferente. Se rompió todo.
El martes por la noche, por teléfono, otra vez el de Cóbreces y el representante volvieron a acercarse: "15.000 netos más y está hecho". "Vale". El problema es que, otra vez, cada uno había entendido una cosa. El Racing, que era un mejora sobre los 200.000 de la oferta inicial, y el vitoriano que era un incremento sobre una supuesta oferta (240.000) realizada en la reunión de abogados del lunes.
Cuando ayer, a las nueve de la mañana, desde el coche en el que viajaban camino de Madrid, Francisco Pernía y Roberto Bedoya, llaman a Joseba Díaz y el director general le explica al vasco la situación, todo se va al traste una vez más.
La gente de Muñiz (Joseba no estuvo en la reunión del lunes) asegura que la oferta de los 240.000 euros existió: los del Racing lo niegan. Al mediodía, vuelven a hablar Bedoya y Díaz. Agua.
El gijonés, al ser informado, monta en cólera y da órdenes a su gente de suspender las negociaciones aún a costa, como le recuerdan sus allegados, de poderse quedar sin el Málaga.
Nota oficial.
A media tarde el Racing emitía un comunicado oficial sobre el caso Muñiz: "Se iniciaron conversaciones para, de mutuo acuerdo, resolver su vinculación contractual. A esta fecha, ha sido imposible alcanzarlo, por lo que se mantiene vigente dicha relación".
¿Significa eso que lo será también cuando el 30 de agosto se inicie la Liga? No. Parece, a día de hoy, imposible. La convivencia es inviable y la duda es sólo cuando se producirá la salida del gijonés. A las malas, él se quedará en el paro, pero cobrará el contrato íntegro, mientras que el Racing se verá obligado a pagarlo al contado, lo cual será imposible, al menos, hasta mediados de julio por lo menos. ¿Esperará Alberto Zaccheroni? Difícilmente.
El Racing cree, por su parte, que su generosidad al estar dispuesto a indemnizar a alguien que se quiere ir está más que demostrada. Y que, incluso, su masa social, no lo entiende ni lo apoya.
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