Pocos dudan que Jenson Button logrará su primer título de F-1 este año. Su dominio paseándose en seis de las siete carreras disputadas y su enorme ventaja en la general, 26 puntos sobre su compañero Barrichello y 32 respecto a su primer rival, Vettel, hace que las casas de apuestas den una rentabilidad casi nula si alguien invierte en el británico. Incluso algunas dan la opción de apostar por el segundo puesto, sin contar con el piloto de Brawn GP. Sin embargo, echar un ojo a la historia permite encontrar un caso con un gran paralelismo donde, de repente, todo cambio.
En 1994, Michael Schumacher, con Benetton, comenzó arrasando. Ganó también seis de las siete primeras pruebas con una superioridad aplastante, logrando cuatro de los cinco 'Grand Chelem' (pole, vuelta rápida, victoria y liderato de principio a fin) de su carrera deportiva. Aventajaba al segundo, Damon Hill, en 37 puntos, los mismos que sacaría Button a Vettel si la lluvia en Malaisia no hubiera acortado el gran premio y, de paso, reducido a la mitad la puntuación.
Y llegó el GP de Gran Bretaña en Silverstone. Idéntico lugar donde se celebra este fin de semana la cita del Mundial. Michael es segundo tras su gran rival, pero a la conclusión Schumi es descalificado por no respetar una bandera negra (exclusión de la carrera). El Kaiser había adelantado a Hill en la vuelta de formación. Cero puntos y dos carreras sin correr. En la siguiente cita, en Alemania, corrió. Todo quedó en una suspensión cautelar. Eso sí, rompió el motor y no puntu Hill tampoco.
En el GP de Bélgica. Michael gana, pero de nuevo es descalificado. Los comisarios castigan a Benetton porque no cumple la reglamentación. De repente hacían caso a los equipos que afirmaban que el milagro creado por Ross Brawn era ilegal. Había un problema técnico con el fondo. La pieza se desgastaba extrañamente al chocar contra los bordillos y acababa plano, generando efecto suelo. ¿Les recuerda a algo actual? Nuevo cero, victoria de Hill y exigencia de la FIA de cumplir la sanción para Schumacher.
Hill aprovechó su ausencia y tras una victoria más para cada uno, se llegó al último gran premio con un punto más para Schumi. Había perdido 36. Mediado el GP de Australia, Michael es acosado por Hill y comete un error. Se sale de la pista y lo vuelve a meter totalmente cruzado y perdiendo velocidad. Damon se pega para aprovechar la mayor aceleración de su Williams, al llevarlo por el asfalto, y va a superar al alemán y dar la vuelta al Mundial.
Hasta aquí el sueño al que Vettel y los rivales de Button deben aferrarse. Lo ocurrido después es de sobra conocido. Schumacher pega un volantazo y choca con Hill. Los dos fuera, los comisarios mirando para otra parte y el Kaiser celebrando su primer título.
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