Ciclismo: El Petrochemical, primer equipo iraní en Europa

La gran atracción del Circuito Montañés 2009 que se corre estos días en Cantabria es la participación del Petrochemical, un equipo de la República Islámica de Irán. Algo tan anecdótico como inusual. Dirigido por Khatoon Abadi y entrenado por Mamaghami ha integrado esta clásica carrera con el objetivo de medir su liderazgo en Asia. "Es la primera vez que competimos en Europa y la segunda en una carrera de la UCI; y es algo excitante. Ésta es la tierra de Indurain e impone; Miguel es allí un valor popular", aseguran.

El Petrochemical se fundó hace siete años pero ésta es su segunda temporada a nivel profesional. "Nuestro equipo destaca en alto gracias a las impresionantes montañas de Irán. Entrenamos seis horas al día. Y cuando el trabajo coincide con el Ramadán, nos entrenamos por la tarde".

Los máximos responsables de este conjunto son a la vez trabajadores de la empresa petrolífera que les patrocina, aunque sus corredores son todos profesionales, con un sueldo medio de 2.900 euros al año. De sus 15 integrantes (todos iraníes menos uno, que es de Kazajistán), sólo han viajado a España seis ya que su líder, Askari, se fracturó la cadera en su última participación y el resto tuvo problemas con el visado. Pero, eso sí, está en la expedición el número uno en el ranking iraní, Ghader Mizban.

"En Irán el ciclismo está empezando a tener fuerza. Nuestro equipo tiene tres ciclistas olímpicos y presume de ser un cero en dopaje. Hay limpieza. A nuestras carreras (dos anuales en su país) acude la UCI y jamás han aparecido irresponsables. En Irán, un ciclista no puede tontear porque gana diez veces menos que un futbolista. Aunque en nuestro país el que más cobra es el que piensa...".

Petrochemical ha ingresado 3.000 euros por participar en el Circuito Montañés mientras que la organización les paga el hotel (en Hoznayo) y el transporte. Si nada cambia en la última jornada de hoy, Mizban será sexto en la general pero el equipo al completo ya ha logrado lo más difícil: demostrarle al mundo que la pasión por el ciclismo, a pesar de los tramposos, sigue su expansión.

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