El jugador más querido por la afición blanquiazul no seguirá en el club. La reunión que mantuvo con Enrique Ortiz por la mañana no fue fructífera y el central abandonará el Hércules tras seis temporadas para firmar con el Real Murcia. En su despedida hubo lágrimas. Medio centenar de aficionados se congregaron para despedirle. Se va sin señalar culpables pero con la tristeza de dejar un club que "nunca hubiera querido abandonar", según confesó.
Apenas 48 horas después de que el Hércules se quedara sin opciones reales de ascenso, Sergio Fernández hizo oficial la primera noticia de la temporada 2009-10. Tenía decidido irse al Murcia, tal y como informó AS, y ayer lo confirmó. "He decidido irrevocablemente poner fin a mi trayectoria en el Hércules, un club en el que he cumplido el sueño de pertenecer a una institución de la dimensión y la magnitud de éste. Me voy de un sitio del que no me hubiera gustado irme jamás", explicó en la rueda de prensa de despedida a la que asistieron, además de los medios, unos 50 aficionados. Enrique Ortiz trató, durante una reunión de emergencia que se produjo por la mañana, de que el capitán diera marcha atrás pero no hubo nada que hacer, la decisión estaba tomada. El central jugará en el Murcia la próxima temporada con opción a una segunda en función de los partidos que juegue en la primera.
De las seis temporadas que ha lucido la casaca blanquiazul se queda con "el reconocimiento de la afición". "No ha sido fácil tomar esta decisión. He recibido muchísimo más en estos seis años que lo que yo he dado. Jamás pude imaginar que iba a salir con este reconocimiento y agradecimiento", explicó. Los motivos de su marcha han sido los continuos cambios en las condiciones de su contrato cuando ya hacía meses que había llegado a un acuerdo. "Mucha gente podrá pensar que me voy por un calentón o por un capricho pero ha sido una decisión profundamente meditada", aseguró.
Sergio se va con la conciencia tranquila y con el orgullo de haber calado hondo en la afición blanquiazul. No en vano, ayer hasta en tres ocasiones los aficionados que accedieron a la rueda de prensa le tributaron una calurosa despedida cada vez que sus ojos se inundaban de lágrimas. "En ningún sitio me van a tratar como aquí pero es que cuando llegué nunca pensaba que iba dejar huella como aquí", explicó.
Culpables.
Sergio se marcha sin querer "pasar factura" a nadie aunque con el convencimiento de que el Hércules no le quería realmente. "Si alguien de los que toman decisiones en el club hubiera querido que yo realmente hubiera pertenecido al Hércules, el día 13 de marzo habríamos firmado. Si alguien ha intentado cambiar las condiciones de ese acuerdo tendrá que cargar con la responsabilidad de que yo me tenga que marchar", argumentó.
No obstante, el central se convierte "en el mayor de los hinchas del Hércules" aunque prefiere que su caso no se vuelva a repetir en un futuro. "Espero que mi decisión sirva para hacer recapacitar a quien le corresponda para que lo que ha sucedido conmigo no se repita más. En el fútbol hay más valores que el deportivo y para lo que para nosotros es una profesión, para muchos es un sentimiento y eso hay que cuidarlo", recalcó. Nadie del club, a excepción de Cámara y la jefa de prensa, le arropó en su despedida, otro feo detalle de la entidad con el hasta ayer capitán.
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