Pasión cartagenera en el Encuentro con los Ases

La fuerza del fútbol, la del retorno 21 años después al fútbol profesional, vive en Cartagena y transpira en albinegro. La ciudad que acogió a Cartagineses y Romanos, la que fue ciudad puntera en los ancestros, la que ahora luce esplendorosa como joya 'invisible' del Mediterráneo, la misma que con su querido Efesé (apelativo deudor del típico acento local que silba suavemente y que convierte las siglas F.C. en ese inigualable sonido, música celestial para el pueblo albinegro) ha sufrido años de desdichas, gritó a la España futbolera que está de regreso. Viva, coleando y orgullosa de ser cartagenera (por aclamación de una platea abarrotada no confundir: Murcia es Murcia y Cartagena... lo mejor, la gloria).

La otrora ciudad departamental, aquella a la que el revolucionario Antoñete Gálvez hizo internacional al grito de Viva Cartagena, acogió con los brazos abiertos al Encuentro con los Ases en pleno fervor por su ascenso a Segunda. El salón de actos de la UNED se quedó pequeño en una velada en la que los cánticos y las muestras de sentimiento de los capitanes Mariano y Cabrejo, así como Tato, Falcón y Mena, futbolistas resucitados en el Cartagonova, fueron la nota predominante.

En pleno éxtasis, el director de AS, Alfredo Relaño lanzó un reto-deseo que encandiló a la platea: "Volveremos para celebrar otro ascenso, el bueno, el de Segunda a Primera...". Y claro, se hizo la locura. Que fue a más después de que su capitán, el arquitecto Mariano Sánchez asegurara que ni por "todo el dinero del mundo jugaría en el Murcia" al que ya mandó el primer mensaje de un pique que revive: "El primer partido que los tengamos enfrente les meteremos tres".

Cuando Alfredo Relaño anunció la noticia de última hora, la llegada de Juan Ignacio Martínez al banquillo albinegro, sin perder ni un solo segundo, surgió esa polémica que nunca debe faltar. Esa que tanto echaba de menos Cartagena, esa que es fútbol en estado puro. Entre declaraciones de amor al presidente Paco Gómez y peticiones menos amorosas a unos políticos a los que se reclaman mejoras en el estadio y más campos municipales acabó un evento marcado por la 'Cartagenamanía'. Bendita locura.

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